Capacita SMA a Personal de Ecología de los Municipios en Medio Ambiente
CANCÚN, QRoo, 28 de julio de 2018.- A lo largo de los siglos, los manglares han realizado adaptaciones, una es la de sus raíces aéreas en forma de zancos, que les permite anclarse en suelos inestables, con hojas siempre verdes pese al inclemente sol y una temperatura que varía entre los 25 y 28 grados centígrados.
Los manglares destacan por su alta productividad y producción de materia orgánica
En el marco del Año Internacional de los Bosques, este jueves 26 de julio se celebró mundialmente la defensa del manglar.
Se trata de esa vegetación típica que crece en las aguas tropicales, como las de Quintana Roo y aguas subtropicales de algunas áreas costeras. Son especies de bosques de plantas leñosas que se desarrollan en lagunas, como la Laguna Nichupté de Cancún, y riberas, y en costas tropicales protegidas del oleaje.
Por su ubicación costera siempre están en contacto con cuerpos de agua de origen marino, o en combinación con agua dulce.
Esta agrupación de árboles posee adaptaciones que les permite sobrevivir en terrenos anegados de agua salada.
Los manglares promueven la biodiversidad, ya que sus raíces sumergidas proveen refugio para una rica fauna de peces, mamíferos e invertebrados.
Son importantes para el hombre ya que aseguran la sustentabilidad de la industria pesquera, albergan y ofrecen áreas de anidaje a un número considerable de aves, algunas en peligro de extinción.
Protegen las costas contra la erosión y las marejadas ocasionadas por los huracanes, atrapan sedimento y hojarasca entre sus raíces y ayudan a rellenar y recobrar terreno.
Son pulmones del medioambiente, ya que producen oxígeno y usan el bióxido de carbono del aire y son un ecosistema protegido en Quintana Roo, que se pueden apreciar en varias playas de Cancún y el Bulevar Kukulcán, Punta Nizuc y fueron la causa por la que se detuvo el proyecto de Malecón Tajamar.
El manglar es un ecosistema único e irreemplazable que lamentablemente están desapareciendo por el uso abusivo de sus recursos.
Greenpeace precisa que en 1980 había 17 millones de hectáreas de manglar en las costas tropicales del mundo, pero a la fecha se ha perdido más de la mitad. Sin los manglares y las áreas de la costa se vuelven inestables y las comunidades costeras quedan expuestas a los fenómenos naturales lo que incluso puede provocar pérdidas humanas.