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OCUILAN, Edomex., 9 de febrero de 2017.- El Ahuehuete, en Ocuilan, el paso obligado de miles de peregrinos al santuario de Chalma, contará desde ahora con una guardiana poderosa. El próximo domingo, en este rincón del municipio, miles de fieles católicos se congregarán para ser testigos de la inauguración de la imagen de la Virgen de Guadalupe más grande de Latinoamérica.
Será un día de gran fiesta para la región. Al evento se espera la asistencia de las máximas autoridades religiosas del país, con el cardenal primado de México, Norberto Rivera Carrera, así como el obispo de la Diócesis de Tenancingo, Raúl Gómez González, también estará presente el gobernador Eruviel Ávila Villegas. Podría hacerse presente el nuncio apostólico, el representante del Papa Francisco, Franco Coppola.
El anfitrión del evento, el alcalde de Ocuilan, el doctor Félix Alberto Linares González, a marchas forzadas supervisa los últimos detalles de la magna obra. De hecho, para hacer posible esta magna obra se invirtieron alrededor de 38 millones de pesos en infraestructura alterna.
Hace apenas unos días Ávila Villegas inauguró el llamado “Andador del Peregrino”. Todos los esfuerzos gubernamentales se han enfocado en dar seguridad a los miles de romeros que semana a semana acuden al santuario de Chalma, ahí, donde la fe católica atribuye miles, miles de milagros.
Y es precisamente el Ahuehuete, en Ocuilan, donde los peregrinos hacen un alto en el camino. Ahí en el árbol del mismo nombre, emanan aguas que sirven para refrescar los pies, el cuerpo. Y ahí también inicia el ritual religioso.
Lo primero es que, en el Ahuehuete, los fieles se ponen la simbólica, mítica corona de flores. Ahí, dice la creencia religiosa, depositarán sus penas, sus pecados. Al llegar al santuario de Chalma, esas coronas serán depositadas en el santuario del milagroso señor.
Y ahí se quedarán. Los fieles regresarán con la confianza, la fe de que sus pecados han sido perdonados y sus penas aliviadas.
Y ahora, en ese tránsito hacia el santuario de su hijo, la imagen de casi 28 metros de alto -más la base-, desde lo alto, con esa su mirada tierna, amorosa, será la guardiana, la vigilante de que los peregrinos lleguen con bien. Esa imagen será la que se inaugure el próximo domingo.