Pedro Haces, líder de la CATEM
Todavía no empieza a gobernar el presidente electo López Obrador, y ya tiene abiertos, frentes con sectores nacionales e internacionales, que me parece contraproducente abrirlos y peor, sin haber asumido aún la Presidencia de la República.
Ninguna consulta de interés público, puede ser planeada, organizada y realizada, por los mismos interesados en el tema. No se puede ser juez y parte. Tanto trabajo y tantas décadas dedicaron mexicanas y mexicanos, para que eso ya no ocurriera: ser juez y parte, al mismo tiempo.
Desde la campaña presidencial de Andrés Manuel, una de sus banderas fue el “NO” al aeropuerto en Texcoco. Por lo tanto, lo único que va a resultar de la consulta, es que el aeropuerto no se va a seguir construyendo en Texcoco.
Haya sido como haya sido, Andrés Manuel, todavía es ciudadano y puede hacer lo que le plazca hacer. Sin embargo, dada la investidura que ya tiene: “presidente electo”, creo que las y los mexicanos merecemos respeto a dicha investidura, por el propio presidente electo. El mismo ya había dicho que: “…ahora que es presidente electo tiene que limitarse y moderar su lenguaje, incluso bromeó y dijo que ya se volvió “fresa y hasta fifí”. En un mitin en el centro de Querétaro, el presidente electo dijo que ya se acabó la etapa de campaña y por lo tanto habría que comportarse de otra forma…” (político.mx 29.09.18)
A partir de que jure la Constitución como presidente de México, además de gobernar para todas y todos, está obligado a cumplir y hacer cumplir la Carta Magna, por lo tanto, las futuras consultas ciudadanas tendrán que realizarse conforme dicta la norma y tendrán que ser planeadas, organizadas y conducidas por el Instituto Nacional Electoral (INE).
La cuarta transformación solo será posible, fortaleciendo las instituciones, o simplemente, no será.
La cuarta transformación será posible, uniendo al país, no polarizándolo. La cuestión es que el propio presidente electo sigue polarizando al país y toma a sus críticos, como sus adversarios, cuando muchos de ellos no son antipejistas ni antimorenistas. Veamos:
“… donde también prevalece una postura extraña de Morena-AMLO son: ¿Cuáles son los criterios para decidir en qué casos se debe hacer una consulta popular? (Por qué el AICM y no el Tren Maya?) ¿Quién debe organizar y dirigir dichas consultas?… ¿Quién debe contar y certificar los resultados de la votación? Aquí lo que prevalece en Morena/AMLO es una ausencia de criterios explícitos y de transparencia, y la unión de todas las funciones en las mismas personas: el círculo cercano a AMLO… Parafraseando a Alfonso Reyes, pido la seriedad estadística y la transparencia para Morena y el gobierno, tan esperado y esperanzador, de AMLO.” (Julio Boltvinik. La Jornada. 26.10.18)
“Por lo que se refiere a que la decisión de muchos es mejor que la de uno, me permito recordar que fue electo para que gobernara como Presidente de México… un cargo… unipersonal y no basado en consultas a minorías por las que nadie votó… que no le endose a una minoría una decisión que debiera ser suya y de nadie más; para eso fue electo… si hubiera querido que confiáramos en su consulta no debió hacerla con un comité consultivo claramente contrario a la opción Texcoco, ni en 82 por ciento de alcaldías morenistas… Por si no fuera suficiente, el mismo AMLO dijo en Coahuila… si se hacen las dos pistas en Santa Lucía habría un ahorro… ya dio línea a sus seguidores… El tema está tan plagado de mentiras… y de ideología, que es inútil cualquier debate serio.” (Octavio Rodríguez Araujo. La Jornada. 25.10.18)
Como podemos ver, hay muchas cosas que corregir y mejorar. Dicho y apuntado por seguidores del propio López Obrador, quien mucho va a ganar, si deja a un lado su lenguaje polilogista, como una forma de descalificar la crítica a sus propuestas e iniciativas, en tanto todo gobernante debe saber escuchar y aprender a escuchar, para seguir ganando adeptos y no empezarlos a perder, sin haber empezado a gobernar.
El presidente electo de México, no debe perder de vista que tanto Chávez como Ortega, “convocaron a consultas” para “legitimar” sus decisiones y también usan un lenguaje polilogista, tipo Trump.
Hay muchas y muchos mexicanos que no queremos vivir situaciones como las de Venezuela ni como las de Nicaragua y tampoco estamos de acuerdo ni aprobamos el cementerio en que se convirtió el territorio nacional. Frenar el baño de sangre en el que estamos, empieza por frenar la violencia verbal del propio presidente electo. Ojalá ya empiece a hacer lo que ofreció él mismo en Querétaro: “…limitarse y moderar su lenguaje… ya se acabó la etapa de campaña y por lo tanto habría que comportarse de otra forma…” (político.mx 29.09.18)