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CIUDAD DE MÉXICO, 31 de octubre de 2018.- Un día, el sistema Cutzamala se detuvo… y reinó el caos en una Ciudad de México que ya de por sí padece en la distribución del líquido.
Este miércoles 31 de octubre, 13 alcaldías de la capital del país sufrirán, unas más que otras, el corte total que se realizará al sistema Cutzamala, que abastece de agua a unos 20 millones de habitantes.
El corte del suministro de agua ocurrirá de este miércoles al lunes 5 de noviembre en la Ciudad de México y 13 municipios conurbados del Estado de México.
Si bien le va a los capitalinos, el día 6 ya estarán gozando nuevamente del servicio pero, el pánico de no sobrevivir una semana sin agua mantiene en vilo a miles de familias que durante las últimas semanas se han preparado con almacenamiento en botes, tinacos… y en lo que puedan.
Las compras, casi de pánico, resultaron una oportunidad para comerciantes que, al ver la desesperación, decidieron incrementar el precio de los recipientes que servirán en estos días de sequía.
Y no importó el costo: en las tiendas dedicadas a la venta de plástico del Centro Histórico, las filas parecían no tener fin. Autos con tinacos en el toldo, familias comprando cubetas y botes, amarrándolos y buscando la manera de llevarlos a casa.
Este corte, casi histórico para la CDMX, representa un nuevo llamado sobre el único abastecimiento actual y la posibilidad de que en un futuro, sean más frecuentes. El corte representa entre la tercera y cuarta parte del agua que se distribuye en el área metropolitana de la Ciudad de México, la cual se abastece con poco más de 60 metros cúbicos por segundo, detalló Fernando González Villareal, director del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua (PUMAGUA) en la UNAM.
“Es prácticamente un río que entra a esta ciudad y abastece a 20 millones de habitantes”, dijo el pasado lunes en conferencia de medios en la Torre de Ingeniería (TI).
El líquido proviene en dos terceras partes del acuífero del Valle de México y una tercera parte del sistema Cutzamala. González Villareal agregó que el corte debido a reparaciones en el sistema Cutzamala debe enseñarnos lo que es el buen suministro para todos.
“El Cutzamala requiere más atención, mantenimiento e inversión para que no llegue a otra crisis”.
Un corte de agua en una ciudad que se inunda en temporada de lluvias, que tiene un lago semiseco y polémico con el reciente ya decido destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
La Ciudad de México, acostumbrada al estrés del tráfico, la contaminación y hasta a ser una zona sísmica, parece intentar sobrellevar la falta de agua que amenaza el baño diario de millones de personas.
Desde que el pasado 18 de septiembre se anunció este corte por trabajos de mantenimiento del Sistema Cutzamala que llevará a cabo la Comisión Nacional del Agua (Conagua) del 31 de octubre al de 3 noviembre, el gobierno capitalino se preparó para la contingencia con un plan de tres esquemas de atención: primero la infraestructura pública, segundo todo el tema habitacional y tercero, los establecimientos mercantiles.
Entre las medidas que se tomarán por parte de las autoridades locales, está la distribución en lugares públicos de cerca de 5 mil tinacos en las 13 alcaldías con mayores afectaciones.
Estos tinacos funcionarán como pozos públicos para que la ciudadanía pueda tomar agua de ahí.
“Se están distribuyendo los tinacos, esos tinacos no van a estar en espacios privados, si no que van a estar en espacios públicos, comunes para que la gente pueda trasladarse, si requiere tomar el agua de ahí y, la distribución de las pipas de agua es para todo tipo de establecimiento”, sostuvo el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva Gálvez, tras inaugurar el pasado 27 de octubre la Ofrenda monumental por Día de Muertos en el Zócalo.
Falta de agua, la crisis
De acuerdo con el informe, titulado Que cada gota cuente: Una Agenda para la Acción del Agua, entregado en marzo pasado al Secretario General de la ONU, António Guterres, el 40 por ciento de la población mundial está afectada por la escasez de agua y que, al menos, setecientos millones de personas corren el riesgo de verse desplazadas de aquí al 2030 debido a la falta de este recurso vital.
Esas cifras parecen reducidas frente a los 2000 millones de personas que en este momento se ven obligadas a beber agua que no presenta todas las garantías de salubridad, o los 4 mil 500 millones que no cuentan con unas instalaciones sanitarias suficientemente higiénicas.
Pero México no está exento de esta crisis, que fuera de la contingencia de una semana que vivirá la capital, preocupa a especialistas.
Académicos de la UNAM consideran que la mayoría del agua consumida en Ciudad de México y área metropolitana proviene de sitios distantes, pero en realidad el 67 por ciento se extrae de acuíferos locales y el resto del sistema Lerma-Cutzamala. De este total, de un 30 a un 40 se pierde en fugas.
Para Cecilia Lartigue, coordinadora del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua en la UNAM, o PUMAGUA, a fin de resolver el problema de un recurso que comienza a ser insuficiente para 22 millones de capitalinos, la pregunta no debería ser de dónde traer más, sino cómo detectar y reparar estas filtraciones; tan sólo eso evitaría el costoso proceso de trasladar líquido desde lejos.
Para la maestra en Ciencias, aunque la última opción parece algo difícil y una tarea siempre en proceso debido a que vivimos en una urbe que, al hundirse, genera irregularidades en el suelo y rompe tuberías subterráneas, llevarla a cabo sería mucho menos costoso a mediano plazo que la opción de abastecernos de otras cuencas, pues ello implica no sólo hacerla subir el recurso los dos mil 200 metros a los que se eleva la CDMX, sino dañar a las comunidades y alterar los ecosistemas de los lugares de donde se retiraría.
NINI: ni estudian ni se bañan
El corte de agua, que coincide con el Día de muertos, obligó a diversas instituciones educativas a suspender las clases. Por acuerdo entre la Autoridad Educativa Federal de la Ciudad de México de la SEP, las autoridades educativas locales y los alcaldes de la Ciudad de México, se suspenderán clases en las escuelas públicas de educación básica de la capital del país los días miércoles 31 de octubre y jueves 1 de noviembre.
El viernes 2 de noviembre tampoco habrá actividades escolares por ser día inhábil, de acuerdo al calendario escolar 2018 -2019.
En la UNAM, este miércoles 31 de octubre habrá actividades normales exclusivamente en el turno matutino en todas las instalaciones universitarias, en tanto que para el turno vespertino las clases serán suspendidas en la totalidad de los planteles de la Zona Metropolitana, incluida la Ciudad Universitaria.
Los días 1, 2 y 3 de noviembre no habrá actividades en ninguno de los planteles de la Universidad que se localizan en la Zona Metropolitana y serán reanudadas el próximo día lunes, 5 de noviembre.
El agua que se va De acuerdo con datos del Consejo Consultivo del Agua, A. C., en México, la distribución geográfica del agua no coincide con la distribución geográfica de la población.
El volumen de agua renovable promedio en el país per cápita es de 4 mil 028 metros cúbicos por habitante por año.
Sin embargo, existen diferencias sustanciales entre el Sureste y el Norte del territorio; se observan áreas con gran escasez de agua y regiones con frecuentes eventos hidrometeorológicos que significan costosas inundaciones y afectación de asentamientos humanos e infraestructura.
En la zona centro–norte del país se concentra 27 por ciento de la población, se genera 79 por ciento del PIB y se cuenta con sólo 32 por ciento del agua renovable; en cambio, en la zona sur donde existe el 68 por ciento del agua el país, se asienta sólo 23 por ciento de la población y se genera 21 por ciento del PIB.
En las ciudades se desperdicia alrededor de 40 por ciento del agua, por fugas en las redes de abastecimiento y distribución y tomas domiciliarias.
Sólo 47.5 por ciento de las aguas residuales colectadas recibe tratamiento, y sólo un porcentaje mucho más bajo (difícil de precisar por la falta de monitoreo y vigilancia) cumple con las normas de calidad de las descargas.
Ante este panorama y aprovechando la contingencia, el gobierno capitalino ha insistido en mejorar la cultura del agua, con el llamado a ahorrar el líquido y almacenar para los días que el servicio estará suspendido.
Medidas que van desde enseñar a los niños a cerrar bien los grifos, ducharse en vez de bañarse o no utilizar el chorro del grifo del agua caliente para descongelar alimentos, hasta regar las plantas con el agua que se cambia de la pecera, ya que es rica en nitrógeno.
Pero mientras se toman medidas o se genera esta cultura, aunado a factores que obedecen a crecimiento poblacional, el sistema Cutzamala requiere mantenimiento y tal vez una especie de descanso de ser ese único río que mantiene a una de las ciudades más grandes, una ciudad que, aunque se pare el Cutzamala, no se detiene.