Morelia, Mich., 25 de febrero, 2017.- “Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual así mismo durante milenios.
“Pero cuando comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en el que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.
“La buena gente prefirió entonces en abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de Fe”.
Tito Monterroso nació en diciembre de 1921 en Tegucijalpa, Honduras, Pasó su infancia y adolescencia en Guatemala, su padre era de este país. Su madre, hondureña. Participó en revueltas en Guatemala en contra del gobierno militar de Federico Ponce, por lo que estuvo encarcelado un tiempo. Luego de escapar pidió asilo en México, donde vivió desde 1956 hasta su muerte, en febrero de 2003. Escribió cuentos y fábulas de mucho ingenio.
Monterroso comentó un día que había llegado a dominar una escritura tan breve, “tachando… tres renglones tachados valen más que uno añadido…así es como pienso y hablo. La concisión es algo elegante. No se trata solo de suprimir palabras. Hay que dejar lo indispensable para que la cosa, además de tener sentido suene bien”.