Dignidad humana y la polémica que no fue
REFORMA DE ESTADO PARA HACER POSIBLE LA #4T
El número de votantes que participaron en la jornada electoral del pasado dos de junio, debería ser una invitación a todos los actores políticos para revisar qué está ocurriendo con la actual transición.
Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de Comunicación Social y vocero del Gobierno de la República, apunta: “… el principal cambio en este país es el cambio de la sociedad que está ordenando cambios en lo político, cambios en lo económico y cambios en lo comunicacional… aquí no es el gobierno el que está exigiendo, sino la sociedad…” (Diarios OEM. 5.06.19)
El diagnóstico me parece impecable. El asunto entonces es revisar que es lo que se está haciendo y cómo se está haciendo, porque un abstencionismo de hasta el 77%, es abiertamente retador.
Al grado de que el propio presidente del Congreso de la Unión, Porfirio Muñoz Ledo, “… consideró que los resultados de la jornada electoral… no suman a la consolidación de la democracia mexicana, pues las cifras de abstencionismo… se asemejan a algunos escenarios del «antiguo régimen» (sdp.noticias 3.06.19)
Muñoz Ledo apuntó que “… hay que estudiar qué está pasando. Les adelanto acabo de hablar con el presidente del Instituto Nacional Electoral, para ver si hacemos un seminario para estudiar con seriedad y sí, en su caso hacer las reformas electorales que sean necesarias…” (TV Azteca 3.06.19)
Ésta es la cuestión. Ciertamente seguirán siendo necesarias más reformas electorales, pero las causas del abstencionismo no son de corte electoral.
Algo o mucho de lo que está ocurriendo en el país, no está siendo del agrado de la sociedad de la que habla, Jesús Ramírez.
Y hacia allá tiene que volver los ojos Muñoz Ledo, quien tiene y de su autoría la solución o parte de la solución: México sigue esperando la Reforma de Estado.
Hoy que preside el Poder Legislativo federal, resulta que no está trabajando el tema, siendo esta gran reforma, el pendiente mayor que tiene el país.
La Reforma de Estado debería ser la columna vertebral de la 4T, pues no habrá cuarta Transformación, sin Reforma de Estado.
En este espacio he apuntado que la 4T tiene que dejar encaminado a México hacia un régimen semipresidencial o semiparlamentario. Entonces si se gestará la 4T.
Como ha ocurrido ya en el país, como ha ocurrido en otras latitudes, será necesario convocar a T O D O S los actores políticos, sociales y económicos para un gran acuerdo que facilite los cambios enunciados por el vocero de la Presidencia de la República.
La transición o la 4T serán posibles, mejorando y fortaleciendo las instituciones, en tanto es la única vía para transformar el régimen de gobierno piramidal que todavía tenemos y que evolucione hacia un gobierno más horizontal.
Un gobierno horizontal es más compatible con un régimen verdaderamente democrático, que uno piramidal.
Un gobierno horizontal permite la participación de la sociedad o pueblo en la toma de decisiones, así como en la supervisión y control del mismo, cumpliéndose ahí sí, la definición de Lincoln: “El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
Así las cosas, “urge una nueva generación de líderes”, dice Angela Merkel, para “derrumbar los muros de la ignorancia y rechazar el aislacionismo… indicó que se genera un daño a la vida pública cuando las personas tratan las mentiras como verdad y la verdad como mentiras… hizo un llamado a… ver el mundo a través de los ojos de los demás.” (El Financiero. 31.05.19)
Estas son tareas para todos: gobierno y sociedad.