Abanico/Ivette Estrada
PACTO YA EN OAXACA. URGE SEGURIDAD
En la anteanterior colaboración, expresé la necesidad urgente de convocar a la firma de un pacto y proceder a un golpe de timón, para reactivar el crecimiento económico del país. Ello, ante el escenario confirmado de una desaceleración, que inevitablemente bajará el esperado crecimiento económico de México.
Así las cosas, en Oaxaca, el presidente Andrés Manuel López Obrador, asistió a la firma del Pacto Oaxaca, denominado “Hacia un sur-sureste del futuro: una nueva etapa de desarrollo, de industrialización socialmente incluyente”, organizado por la Confederación de Cámaras Industriales de México (CONCAMIN) y suscrito por empresarios y gobernadores del sur-sureste del país, para impulsar el desarrollo económico de la región.
Ahí mismo, el presidente López Obrador, dijo que: “… a todos los empresarios les dará… mensajes de confianza. No vamos a cometer ningún acto arbitrario contra el sector privado; necesitamos su participación… impulsar el desarrollo de la región se logrará en términos cuantitativos, con el agregado del bienestar, poder crecer a una tasa promedio de 4 por ciento nacional.” (La Jornada. 15.08.19)
Ahí también, explicó su visión para alcanzar el desarrollo económico: “economía popular, proyectos estratégicos…, apoyo a la iniciativa privada… y fomento a la inversión extranjera y al comercio exterior.” (ibid)
En cuanto al apoyo para la iniciativa privada, especificó: “facilidades para la inversión en estado de derecho y simplificando el pago de impuestos”. (ibid)
El punto es que esos propósitos presidenciales deben ser hechos realidad por sus secretarios de Estado y desde luego, contar con el acompañamiento siempre crítico del Poder Legislativo.
Y es ahí donde precisamente el presidente, no cuenta con ese respaldo, al contrario, le están complicando las cosas. Podría mencionar más casos, pero he sido insistente en los de Manuel Bartlett y de Rocío Nahle, el primero que despacha como Director General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la segunda, titular de la Secretaria de Energía, quienes se han enfrascado en litigios con inversionistas nacionales y extranjeros, que al final resultarán más costosos para México, es decir, para usted que paga impuestos, porque ni Bartlett ni Nahle, van a desembolsar un quinto para pagar sus desplantes y tonterías arropadas en discursos y textos pseudonacionalistas, que al final, insisto, terminaremos pagando usted y yo, y todos los que pagan impuestos.
Lo mismo ocurre con diputados y senadores, que aprueban iniciativas y reformas de ley, sin tener la más mínima idea de lo que están aprobando, como está ocurriendo con los artículos 227 y 228 de la Ley de Extinción de Dominio, que pone en alto de riesgo de perder su propiedad, a mujeres y adultos mayores, que rentan sus inmuebles y que en muchos casos, es su modo de vida.
Igual ocurre con el Poder Judicial, que proceden a la restitución de un bien invadido, con demasiada tardanza, con los costos que ello implica para la víctima de la invasión de su propiedad.
Y bueno, en todo el país, quienes se dedican a la extorsión, día a día, contribuyen a la paralización de las actividades económicas, en tanto muchos y muchas han dejado de producir un bien o un servicio, debido a que la extorsión apunta tan alto, que es incosteable ya, mantener la actividad económica y que en muchos de los casos ha rebasado los límites de la extorsión, para constituirse en despojo abierto y claro de los bienes del propietario, y las autoridades correspondientes: impasibles, indiferentes, impotentes, siempre son las últimas en enterarse.
Lo anterior está ocurriendo también, porque los diputados y senadores federales no han legislado un nuevo marco penal que efectivamente sancione ese y todo tipo de delito que afecte a la vida, a la integridad física de las personas y a sus propiedades.
Urge YA, reformar todo el marco jurídico penal, que así como está, es un verdadero queso gruyer, que permite, ha permitido y seguirá permitiendo, la liberación de los escasos criminales que han sido detenidos y desde luego, la no consignación de la gran mayoría de los delincuentes, ante la autoridad competente.
Esta es la parte de confianza para la inversión que urge construir en México. No de apenas. De siempre.