Historias Surrealistas/Javier Velázquez Flores
CHUPACABRAS ENERGÉTICO
De un tiempo para acá se habla cada vez más de las relaciones tóxicas, tema que ha ido tomando mayor atención y relevancia a raíz de la descomposición del tejido social y familiar, conllevando por ende un número creciente de enfermos mentales.
Con esto último no me refiero al significado tradicional: loco. No, para nada; sino a las condiciones y entorno de vida que hoy en día vivimos que provocan algún tipo de trastorno o desajuste emocional en la psique de las personas pasando desde lo más leve a lo más severo, desde algo pasajero a algo permanente.
Consciente o inconscientemente pero, lamentablemente es algo que dejamos correr, no le prestamos mayor atención o la atención debida y por ende, no buscamos ayuda profesional correspondiente o no ponemos los medios debidos para evitar caer o salir de ello.
Es un tema que da mucho de qué hablar pues independientemente de la falta de profundización de su estudio, es muy basto y complejo tanto por lo que motiva su origen como por sus manifestaciones diversas en las personas.
El primer paso es analizarse de manera honesta y sincera si no tenemos algún síntoma de ello mediante la introspección o atención en cómo nos dicen o miran los demás respecto a nuestra manera de ser. El segundo paso es el reconocerlo, pues al aceptarlo tendremos ya resuelto la mitad del problema ya que es el cimiento que nos permitirá ir mejorando nuestra salud mental.
Teniendo salud mental, por añadidura se irá saliendo adelante y nos irá ayudando a que muchas cosas en nosotros vayan mejorando. Desde luego no es nada fácil luchar contra uno mismo ni contra los estereotipos o protocolos del conglomerado social de hoy en día. Pero bien vale la pena no cejar en ello.
Y ni que decir cuando se trata de guardar distancia o cortar con personas muy allegadas nuestras o hasta familiares. Créanme que hay personas que no valen la pena o no merecen estar en nuestras vidas.
Algunas desgastan nuestras energías, otras nos contaminan o contagian de cosas negativas, otras tantas ya han cumplido de alguna manera su ciclo en nuestras vidas dejándonos todas ellas algunas enseñanzas.
Sea cual fuera nuestra situación, hay que tener el valor y la decisión de cortar con las personas o situaciones que no nos dejan ser, que no nos permiten estar en mejores condiciones o abonen en algo bueno y positivo a nuestras vidas.
Cuántas veces no lo hacemos, no nos animamos a salir de nuestra zona de confort, a salirse del cuadro diría una amiga; porque es más fácil y cómodo permanecer con lo que ya sabemos y conocemos y hasta nos hemos acostumbrado, que aceptar la realidad y emprender camino hacía algo nuevo.
Como que ocultamos la cabeza en el agujero como dicen que lo hacen los avestruces, creyendo evitar así lo que nos causa daño o impide despegar. Recuerda que haciendo lo mismo jamás obtendrás resultados distintos. ¿Quieres resultados diferentes? Pos claro compadre! Pos haga las cosas de manera distinta compadre.
El simple transcurso del tiempo no siempre es la solución a nuestros problemas si no hacemos que las cosas sucedan.
Aléjate de todo aquello que haga daño a tu mente, a tu cuerpo y a tu alma. No permitas que las sanguijuelas mentales te causen anemia existencial. Ni permitas que el “qué dirán” controle o dirija tu vida; tampoco el dicho “es que está de moda” o “es que todo mundo….” o “es que todo cambia en la modernidad hoy”, etc.
El hecho de que todo mundo lo haga o la mayoría piense o actué de una manera, no significa necesariamente que sea lo mejor o sea lo más bueno.
Y como dice por ahí el eslogan: ¿tienes el valor o te vale?. Quiérete a ti mismo y querrás como se debe a los demás y nunca abandones los principios y valores que nos son inherentes a la humanidad, no anestesies tu conciencia con razonadas sin razones.
¡Reingenierízate! De lo contrario eso mismo te acabará como el cáncer que se expande sigilosamente corroyendo todo aquello que encuentra a su paso.
No es para preocuparse, es para atenderse.
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