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MORELIA, Mich., 19 de enero de 2020.- “Los evangélicos son el demonio, pero nada pueden hacer contra la Virgen de Guadalupe”, fue una expresión que soltó el sacerdote del templo de San Juan Diego de la colonia Ampliación Reforma de esta capital, durante la celebración de una primera comunión.
Esa frase dicha desde el púlpito a una decena de niños en su primera comunión, según el obispo auxiliar Víctor Alejandro Aguilar, no envenena el alma de los infantes, no acentúa la intolerancia a la libertad de creencias y nada tiene que ver con el ecumenismo que pregonan los jerarcas de las diversas asociaciones religiosas.
El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Morelia primero puso en duda la versión de esta reportera, calificó como una exageración considerar la expresión como una incitación al odio y acabó pidiendo que los padres de los niños que contrataron el servicio presenten denuncia si no les gustó la forma en que se les atendió.
Aceptó que en todas las iglesias hay fundamentalistas, pero no por eso se puede generalizar ni considerar demagógico que el Consejo Interreligioso se vaya a reunir el próximo miércoles para orar y dar un testimonio común y esperanzador a los creyentes de los diversos credos.
“Hay corrientes de algunos padres un poco más duros, más cuadrados, pero no es toda la Iglesia y este otro evento al que se está invitando es un Consejo Interreligioso donde están varias asociaciones religiosas; se les ha invitado para hacer una oración por la vida, la familia, la libertad religiosa, etcétera, y esto es provocar precisamente un ambiente de oración de tolerancia, es lo que hay que hacer y hay que buscarlo.
Las cosas no están hechas y hacerlas cuesta trabajo y siempre habrá algunos detallitos”. Aguilar descartó que la Arquidiócesis vaya a investigar la denuncia pública, porque en la Iglesia Católica no usan esos recursos, ya que una investigación se hace cuando hay un delito y en la expresión del sacerdote “los evangélicos son el demonio…” no lo hay.
Tampoco hay incitación al odio, frase que sí consideró exacerbada y digna de los árabes fundamentalistas que un día dijeron: “vamos a tumbar las Torres Gemelas”.