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CIUDAD DE MÉXICO., 1 de abril de 2020.- La economía mundial podría verse reducida en casi un 1 por ciento este año—0,9 por ciento —debido a la pandemia de la COVID-19, y la producción mundial podría disminuir aún más si las restricciones impuestas a las actividades económicas se extienden hasta el tercer trimestre del año y las respuestas fiscales no apoyan los ingresos y el consumo, según lo expuesto en una nueva nota informativa del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
Las crecientes restricciones a la circulación de las personas y los confinamientos en Europa y América del Norte están golpeando duramente al sector servicios, específicamente a las industrias que conllevan interacciones físicas tales como el comercio minorista, el esparcimiento y las atenciones sociales, las actividades recreativas y los servicios de transporte.
De manera colectiva, representan más de una cuarta parte de todos los trabajos en estas economías. A medida que las empresas pierden ingresos, el desempleo aumenta considerablemente, lo que transforma una perturbación en la oferta en una perturbación en la demanda aún más extensa para la economía.
La gravedad del impacto económico —ya se trate de una recesión moderada o profunda— dependerá en gran medida de la duración de las restricciones a la circulación de las personas y las actividades económicas en las principales economías, y del tamaño y la eficacia de las respuestas fiscales a la crisis.
De acuerdo con el informe, un paquete de medidas de estímulo fiscal bien diseñado, que priorice el gasto en salud para contener la propagación del virus y que proporcione apoyo financiero a los hogares más afectados por la pandemia, podría ayudar a minimizar la probabilidad de sufrir una profunda recesión económica.
«Se necesitan medidas políticas urgentes y ambiciosas, no solo para contener la pandemia y salvar vidas, sino también para proteger a los más vulnerables de nuestras sociedades ante la ruina económica y para mantener el crecimiento económico y la estabilidad financiera», subrayó Liu Zhenmin, Secretario General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales.
El impacto económico continúa propagándose por todo el mundo
Los efectos adversos de las prolongadas restricciones a las actividades económicas en las economías desarrolladas pronto se extenderán a los países en desarrollo mediante canales de comercio e inversión. Un marcado descenso en el consumo en la Unión Europea y los Estados Unidos reducirá las importaciones de bienes de consumo procedentes de países en desarrollo.
Asimismo, la producción manufacturera global podría disminuir de manera significativa, con la posibilidad de que las perturbaciones se extiendan a las cadenas mundiales de suministro. En el peor escenario posible, el PIB global podría reducirse un 0,9 % en el 2020 en lugar de crecer hasta el 2,5 por ciento de lo previsto.
La producción mundial podría disminuir aún más si las restricciones impuestas a las actividades económicas se extienden hasta el tercer trimestre del año y las respuestas fiscales no apoyan los ingresos y el consumo, advierte el informe.