Libros de ayer y hoy
Debemos también reír
No sólo de los políticos. Y su guerrita de habladas.
No hay duda de que el mundo es un lugar mucho más compasivo y tolerante que hace 100 años.
Pero no es justo juzgar a la gente del pasado con nuestra perspectiva moderna.
La forma en que la sociedad ve muchas cosas ha cambiado mucho a lo largo de los años.
Menos los ensarapados por no mencionar el boa.
Rusia Mc Gregor González nos escribió al respecto:
“Así es efectivamente. Estamos tan metidos en nosotros mismos que ya dejamos de ver correctamente lo que nos rodea.
Del Amor, así con mayúscula, se dice que es la energía más grande que existe, porque viene de Dios y abarca todas las energías existentes.
Nuestra especie es depredadora, siempre lo ha sido.
Las grandes guerras se han llevado a cabo por una palabra o acción que alguien hizo o dijo y no les gustó a otros.
Una triste realidad que nos persigue desde hace años.
Es abominable y pienso que nunca sabremos a cabalidad los por qué y quiénes fueron.
Es una interminable lista.
Un fuerte abrazo”.
Y de José Antonio Aspiros Villagómez para Rusia Estoy de acuerdo con lo que dices.
Pero entre las mil y una cosas que no entiendo, es por qué la Madre Naturaleza nos hizo lobos, por aquello de que “el hombre es el lobo del hombre”.
¿Qué le costaba no habernos dotado de perversidad, malicia, envidia y muchas otras virtudes al revés? A”.
Dos bromas.
Un abogado de una gran ciudad representaba al ferrocarril en una demanda presentada por un viejo granjero.
El toro del ranchero había desaparecido justo en el área por la que pasaba el ferrocarril.
El granjero solo quería que se le pagara el valor justo del toro.
El caso estaba programado para ser juzgado en los tribunales.
El abogado del ferrocarril inmediatamente arrinconó al granjero y trató de que el caso se resolviera fuera de los tribunales.
El abogado hizo su oferta con sus mejores artimañas, y finalmente el granjero aceptó tomar la mitad de lo que le daba.
Después de que el granjero firmó la liberación del caso y tomó el cheque, el joven abogado no pudo resistirse a fanfarronear un poco por su éxito, diciéndole al granjero:
“Sabes, odio decirte esto, viejo, pero yo no podría haber ganado el caso en los tribunales, ya que el ingeniero estaba dormido y el bombero estaba en el vagón de cola cuando el tren atravesó tu rancho ese día por la mañana.
Así que en realidad no contaba con ningún testigo para poner en el estrado”.
El viejo granjero le respondió:
“Bueno, te diré, joven abogado, yo también estaba un poco preocupado acerca de qué pasaría con el caso, porque el toro regresó a casa hoy temprano por la mañana”. [email protected]