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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 28 de junio de 2020.- No queda claro qué hueco de la seguridad pública cubrirá la Guardia Nacional y tardará tiempo en afianzarse, pero se requieren resultados inmediatos; al tiempo que el Ejército Mexicano fue sobrecargado por el Gobierno Federal, lo que puede traer consigo un alza en la delincuencia organizada y del fuero común.
Las anteriores fueron algunas conclusiones a las que llegaron el ex comisionado nacional de la desaparecida Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos y el exsecretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), Juan Miguel Alcántara Soria, en entrevista con Alex Gálvez para el espacio Quadrante, de Quadratín Hidalgo.
Sus puntos de vista fueron vertidos antes del atentado que sufrió el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, el viernes 26 de junio, durante el amanecer, del cual resultaron muertos dos de sus escoltas, también una mujer que pasaba por el lugar en Lomas de Chapultepec y el propio funcionario herido de varios balazos, por lo cual tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
Tanto Enrique Galindo como Juan Miguel Alcántara vivieron de cerca toda la problemática de la delincuencia en México y coincidieron en señalar que una de las decisiones más cuestionadas del presidente Andrés Manuel López Obrador fue la creación de la Guardia Nacional a costa de la Policía Federal que este año cumpliría su 91 aniversario.
Según los expertos, la GN tomará un tiempo de adaptación, sin siquiera tener ahora sus funciones definidas. La calificaron de una institución que aún no entrega resultados debido a las tareas de carácter militar que retrasó todos los resultados que había logrado la desaparecida corporación federal.
«Tomará mucho tiempo para que la Guardia Nacional entregue resultados si es que lo hace, cuando la Policía Federal ya había logrado adaptarse a lo que los mexicanos necesitaban en materia de seguridad pública. El problema es que la ciudadanía no puede esperar a que la Guardia Nacional se afiance, se necesitan resultados de manera urgente», fueron sus opiniones similares.
Para Juan Miguel Alcántara, el presidente es una persona que tiene la cabeza caliente y quienes dirigen a una institución deben mantenerla fría.
“Esa es la razón de haber desaparecido a la Policía Federal”, cuestionó.
Enrique Galindo añadió que hasta el momento ha quedado demostrado que esta nueva institución carece de una razón de ser.
«En México se había intentado formar una policía nacional como en otros países, pero no funcionó; en los años 90 surgió el trabajo coordinado entre las corporaciones federales, estatales y las municipales, pero lo que de verdad se necesita es una sola política pública en materia de seguridad y policial», señaló.
Indicó que tampoco o queda claro cuál es el hueco que llenará la nueva corporación militarizada.
EL RECLUTAMIENTO
El reclutamiento de elementos que tengan la vocación de proteger y servir fue otro punto importante en este ejercicio de análisis.
Para Alcántara los cuestionados exámenes de control y confianza son la parte más importante de selección, pero aún son ajustables.
“No deben eliminarse, si bien hoy en día son totalmente inoperantes. Se ha visto que decenas de miles de policías municipales no han sido evaluados y cuando hay problemas de abusos de autoridad, de conductas ilícitas o de corrupción, fueron por parte de agentes que no han vuelto a ser evaluados, pero si hacemos pruebas permanentes como está en la ley se puede identificar cuando están contaminados».
Mientras que Galindo indicó que «las pruebas de control y confianza se convierten en una herramienta útil para poder administrar integralmente los recursos humanos no sólo de los policías sino de los ministerios públicos, peritos y toda la cadena”.
Consideró que no deben verse solo como un examen sino como un proceso completo para encontrarle sentido.
“Los que no quieren las pruebas de control y confianza son los que han reprobado, o quienes no quieren cumplir con este requisito de confiabilidad, pero esta herramienta se convirtió en una fórmula para depurar policías y tener a los hombres y mujeres con mejor perfil para ser responsables de áreas de seguridad pública”.
TODO LOS MILITARES
Los militares en la 4T tienen una sobrecarga de trabajo, lo que puede no beneficiar al país, fue otro punto de vista de ambos entrevistados.
Juan Miguel Alcántara dijo que la PF no debía desaparecer sino depurarse, a la vez de fortalecer los cuerpos policiales de cada estado.
“El presidente rompe sus promesas y esquemas de varios sexenios cuestionando la presencia de los militares, pero hoy es al revés: les entrega todo, sobrecarga al Ejército y la Marina para combatir el sargazo, entregar libros de texto, sembrar árboles, construyendo bancos y también los pone a crear una Guardia Nacional.
“Hay una sobrecarga y los militares están agotados, extenuados de todo el trabajo que les está imponiendo el presidente, que además cometió un fraude a la Constitución que el mismo pidió que se modificara y prometió un mando civil; esto es falso, porque ahorita hay un mando militar», observó.
Por su parte, Enrique Galindo puntualizó que la participación del Ejército en tareas de seguridad pública tiene mucho tiempo, pero la diferencia ahora enfrenta una sobrecarga de trabajo.
«Antes había otras participaciones como la Policía Federal y en dado caso, el Centro Nacional de Inteligencia. Hoy prácticamente no hay nada, no hay matices, es Ejército más Ejército, es una Guardia Nacional militarizada con un mando militar y entre el 70 y 80 por ciento de su estado de fuerza es militar.
“Independientemente de todas aquellas tareas que les han dado de constructores y administradores, en materia de seguridad pública traen una carga adicional, cuando antes nos cobijábamos las instituciones, la Policía Federal, el Ejército y la Marina. Había una ley exclusivamente para coordinarnos que data del 1996”, concluyó.