Frente a la guerra
¿HAN VISTO A LA SOCIEDAD CIVIL?
“La función de la sociedad civil…
poner límites al Estado y al Mercado
para proteger el espacio de libertad
en el que se construye la Democracia.”
Hay que fortalecer al Estado, más al Estado Democrático, mucho más al Estado Democrático de Derecho.
El actor social que puede hacerlo, parece ausente o distraído: la sociedad civil. Confinada también. Necesita salir de su reclusión, por sí misma y hacer acto de presencia, para seguir fortaleciendo al Estado, a través de las instituciones autónomas y de los poderes Legislativos y el Judicial.
Es imperativo que la sociedad civil resurja, se organice y actúe.
Carlos Monsiváis, dejó constancia de lo que sucedía en México: “De 1988 a finales de 1993, Carlos Salinas cree encarnar puntualmente el Estado y se afana en arrebatarle todo espacio o iniciativa a la sociedad civil… le asigna al invento manipulatorio del sexenio… Solidaridad… la tarea de reemplazar a la sociedad civil… Solidaridad… intenta secuestrar y desvanecer el descontento popular… es… un proyecto mesiánico y altamente manipulador… Salinas cree con devoción en un dogma: sus palabras son las del salvador de los pobres… el autor de todo, el único facultado para recibir el fervor del pueblo, es el presidente… En su desmesura, él pretende “la nueva relación Estado-pueblo”… es también un vidente: “Solidaridad se convertirá en… la mejor epopeya del pueblo… ¿En qué consiste la Mejor Epopeya? En extirpar toda autonomía de los que se sometan sin quejas a los designios del gobierno… mientras se acentúan el deterioro salarial, el subempleo, el desempleo, la marginación… A la retórica izquierdista desde el gobierno, la complementa la publicidad a raudales… televisivos…” (No sin nosotros. Ed. ERA. 2012)
Es urgente ocupar la Agenda nacional y local, en los temas de lo social; de lo económico; de la sustentabilidad, pero más que la sola sustentabilidad, de la Vida, de la vida holística y planetariamente existente, abarcando por ello lo social, lo económico, lo político y lo cultural; de la Ley, porque sin ésta, no hay Justicia, tampoco sin Ley, habrá Justicia Social.
Al tomar la sociedad civil la Agenda pública antes enlistada, reorientará la ruta del país, de los estados y municipios. Reorientará las prioridades en materia de salud y educación públicas, partiendo de la experiencia que estamos viviendo a nivel mundial por el Covid-19.
Las asociaciones de profesionistas, entre ellos las múltiples existentes de médicos en todo el país, podrían retomar los estudios prospectivos ya existentes en la materia de salud pública y ordenar las prioridades de dicho sector, en tanto además de “Los Futuros de la Salud en México 2050”, publicado por la Secretaría de Salud, a través del Consejo de Salubridad General, en el año 2010, que ya anticipaba un fenómeno epidémico como el que estamos viviendo hoy, seguramente hay otros estudios similares y lo mismo en otros ámbitos de las ciencias naturales, la economía, la educación, etc., y reorientar las acciones y las políticas públicas en cada materia, para que México esté mejor preparado y pueda hacer frente a los retos y circunstancias que le deparan en su futuro, a las y los próximos mexicanos.
Por ejemplo, a raíz del terremoto de 1985, que por cierto ahí precisamente hace acto de presencia la sociedad civil, se cambiaron las normas de construcción y se han realizado diversas actualizaciones en la materia, lo que ha coadyuvado a que México sufra menos, cada vez que hay sismos de cierta magnitud, como los ocurridos recientemente, así como la participación organizada en cada institución y ahora también, la misma sociedad tiene que organizarse en sus calles, cuadras, barrios y colonias, para hacer frente no solo a sismos, a cualquier otra circunstancia que le afecte. En este tema, vemos cuan importante es el cumplimiento de la Ley. Las obras construidas que no cumplen con las normas, han caído.
Timothy Snyder, advierte: “evitar que las instituciones se nos desmoronen entre los dedos… las instituciones no se pueden defender solas… perder las instituciones es corromper a la sociedad, es truncarle su futuro, es ponerla a expensas del capricho del gobernante en turno. A veces se priva a las instituciones de vitalidad y de funciones, se las convierte en un simulacro…”
Como siempre, en todas las épocas de la Historia, la sociedad civil tiene que entrar en la escena. ¿Lo hará, ya?