José Luis Camacho Acevedo / Opinión

Monreal y el regreso de su partido para AMLO ante los sesgos políticos de su visita a Trump

La crisis que han creado las corrientes internas de Morena en relación con la sucesión del liderazgo nacional de esa organización política, a quien está afectando de manera directa es al presidente Andrés Manuel López Obrador.

La visita que se inicia hoy a Washington del primer mandatario recibió críticas porque su anfitrión Donald Trump está en plena campaña buscando su reelección en noviembre próximo.

Esas críticas son por demás inoportunas y completamente fuera de contexto.

López Obrador no tiene porqué influir en la intención de voto de los ciudadanos de EU, menos cuando los últimos indicadores ubican a Trump con 10 puntos debajo de su competidor demócrata Joe Biden.

En ese escenario tan complejo para AMLO debido al lío interno de Morena, nuevamente el senador Ricardo Monreal volvió a proponer piso parejo a un proceso tan violento que, repetimos, incomoda al presidente de México.

Monreal propone un decálogo con su reconocida intuición política y con una claridad que elimina toda sospecha de que esté inmerso en la disputa mencionada.

Resumo la civilizada invitación del zacatecano:

La victoria del primero de julio de 2018 modificó pesos y contrapesos del sistema de partidos, y esto obligó a una reconfiguración. Si queremos sobrevivir como alternativa viable, debemos:

Recuperar y mantener la esencia democrática.

Organizar las estructuras y representaciones en el país, en los estados, en los municipios, en los barrios. Debemos reconocer que uno de los puntos débiles que tenemos es la ausencia de una estructura de representación eficaz.

De la mano con lo anterior, debemos centrar nuestro esfuerzo profesional, moral y hasta económico en la formación de nuevos liderazgos de mujeres y hombres comprometidos. Démosle prioridad a la capacitación en todos los niveles, que ahí se destine la mayor parte de los recursos que, vía prerrogativas, recibe Morena.

Seleccionar dirigentes y candidatas y candidatos mediante métodos democráticos amplios, de conformidad con los estatutos y las resoluciones del Tribunal Electoral; no obstante, en este momento de coyuntura por la emergencia sanitaria, actualizar los liderazgos regionales, municipales y nacionales, atendiendo siempre las recomendaciones de las autoridades de salud.

En este proceso, observar también una recomendación que hace más de un año expresó el presidente de la República, como una opinión: utilizar, para evitar la división, el método de encuesta para seleccionar dirigentes

y aspirantes, lo cual se tendrá que lograr de manera democrática, con el respaldo de la militancia, y descontando los negativos, para que sean elegidas las personas más aceptadas entre la base social.

Aquellas personas que aspiren a contender por una candidatura se deberán mantener fieles a los principios del movimiento, al tiempo que el partido mismo tendrá que hacer valer la democracia, pero no alimentar las ambiciones de aquellos grupos que buscan impedir un cambio verdadero.

Actuar con consistencia ideológica, defendiendo con argumentos el rumbo que el país ha tomado y, sin titubeos, acompañar y respaldar las acciones llevadas a cabo por el presidente López Obrador.

Mantener una relación indispensable entre dirigentes del partido y representantes populares, entendidos éstos como las y los gobernadores, presidentes municipales, legisladores, regidores y síndicos, para establecer líneas de acción y conducción política homogéneas.

Insistir en la unidad, y mantener cohesionadas las estructuras, para evitar deserciones, renuncias o fugas de personas que nos representaron en la contienda de 2018 o que nos respaldaron abierta y decididamente en la misma.

No acudir a la exclusión de militantes y simpatizantes, al contrario: abrir los espacios de participación ciudadana, recuperar a quienes, habiéndonos acompañado en el 2018, ahora muestran vacilación o decepción por las tareas emprendidas. Aceptarlos y deliberar con ellas y ellos, no excluirlos ni actuar de manera sectaria.

No servir a intereses particulares en perjuicio del interés nacional.

Evitar que dirigentes y representantes populares o funcionarias y funcionarios de gobierno pertenecientes a nuestro movimiento se corrompan y actúen alejados de los principios que dieron origen a nuestra organización política.

Morena no se debe desentender de su carácter de movimiento social, pues en ello radica la confianza que la gente depositó en él, y le permitió nutrir su organización desde abajo, atendiendo el descontento social que dejaron 36 años de neoliberalismo.

Su doble dimensión de movimiento-partido le permite desempeñarse en el entorno político, aportando nuevas ideas y formas de hacer política para la construcción de un sistema verdaderamente democrático.

Sin comentarios.

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FOTO: UNO

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