Gobierno de México presenta la Plataforma, Receta Completa, del IMSS
JIQUILPAN, Mich., 26 de noviembre de 2016.- Andres Manuel López Obrador, líder nacional de MORENA convocó a los mexicanos a serenar el país frente a los grandes problemas de inseguridad que padece la nación, y subrayó que el cambio en México deberá de darse de manera pacífica, sin violencia, en las urnas, y bajo una amplia participación democrática, para “echar fuera a la mafia” que atosiga a la sociedad y es insaciable con los recursos económicos.
López Obrador arrancó su primera gran gira nacional con miras al 2018, luego de que hace una semana MORENA concluyera su segundo Congreso Nacional, en que se el tabasqueño propuso un nuevo pacto nacional que haga frente a la crisis que padece el país.
El itinerario contempla 4 días y la mitad del territorio michoacano.
Arropado por el legislador federal, Fidel Calderón Torreblanca, líder del Frente Amplio Progresista; por el jefe de los diputados locales del Sol Azteca, Juan Pablo Puebla y por liderazgos de la CNTE y asociaciones afines, el de Macuspana señaló que ante la adversidad, pobreza y deterioro de los mexicanos, el país está obligado a iniciar el cuarto gran cambio nacional, el de la renovación, el de la modificación de la estructuras políticas, el anticorrupción… el del pueblo.
Ante poco más de mil simpatizantes, Andrés Manuel reveló que “las mafias del poder le tocaron”, pero no cedió.
“Yo no estoy aquí por puestos ni por cargos. De ser así, ya hubiera sido presidente; no cedí a las mafias del poder”, dijo, en alusión a las derrotas del pasado 2006 y 2012.
“No soy títere ni pelele del sistema”, insistió el tabasqueño, luego de asegurar que la corrupción en México representan más de 500 mil millones de pesos anuales.
“Son unos malhechores, unos rufianes, unos puercos, que no tienen saciedad”, refrendó el exjefe del gobierno capitalino.
“¡No vamos a negociar con ellos!”, gritó ante los asistentes, tras advertir que de llegar a la presidencia de la República abriría una consulta pública, democrática, directa con la sociedad, para determinar el nuevo rumbo de las reformas estructurales, impulsadas por la administración Peña Nieto.
“No seremos contestatarios; tampoco debemos confrontamos; la revisión debe darse bajo un amplio marco de participación democrática”, indicó.