La renuncia digna de un ministro
La Casa Blanca lo sabe
Los narcos están dentro de EE. UU.
El endurecimiento de la política del gobierno del presidente Joseph Biden contra México por el tema del narco y los cárteles está basado en investigaciones de inteligencia y seguridad nacional. Es decir, la Casa Blanca tiene razón. Sin embargo, a este enfoque le falta la parte importante: los narcos mexicanos ya están operando con impunidad dentro de territorio estadunidense, con el aval, la complacencia, la corrupción y la falta de interés de las autoridades americanas.
Puede entenderse el enojo de Washington contra la droga mexicana y la estrategia de no combatir a capos ni cárteles. Pero las evidencias internas de la droga que entra a EE. UU. para consumo de adictos estadunidenses ya no es responsabilidad de México, sino del gobierno federal estadunidense, de los gobiernos estatales y de las autoridades de los condados.
Mientras el gobierno de EE. UU. no combata en serio dentro de su país a cárteles, bandas y consumidores locales, la droga seguirá llegando de México o de cualquier parte del mundo y aumentará su producción local.
Y lo más grave se localiza en las evidencias del daño criminal que produce el consumo de droga en EE. UU. La evaluación de la DEA de 2019 sobre el tema de las drogas presentó un cuadro estremecedor: el número de personas muertas por cinco efectos causados por el consumo de drogas: sobredosis, suicidios, homicidios, uso de armas de fuego y accidentes en vehículos.
El dato general debiera llevar a la sociedad estadunidense y a sus gobernantes a pensar en el consumo de drogas cuando ya entraron a territorio estadunidense por efecto de la demanda, Si no hubiera consumidores, los cárteles irían a otras naciones en busca de demandantes.
Las cifras del periodo de diecinueve años –1999-2017– son reveladoras:
–En 2017 –último año contabilizado por la DEA– hubo 216,924 personas muertas en los cinco rubros citados. En 1999 el dato fue menor: 134,212. Ello quiere decir que en casi dos decenios hubo un aumento de 61.6% de estadunidenses fallecidos por diversos efectos del consumo de drogas.,
–En el rubro de sobredosis o uso de drogas en rango de veneno, en 2017 se registraron 70,237 fallecidos, contra 16,849 en 1999. El aumento por consumo directo fue de más de 300%.
–En incidentes entre drogadictos que usaron armas de fuego la cifra subió de 28,874 personas en 1999 a 39,773 en 2017, un alza de 37.7%.
–Sólo en fallecidos en accidentes asociados a las drogas en vehículos automotores hubo una disminución: de 42,401 personas en 1999 a 40,231 en 2017, una disminución de 5.1%.
El aumento de 61.6% en personas fallecidas por asuntos asociados a las drogas en casi veinte años debió de haber obligado a las autoridades a aplicar programas internos de lucha contra el consumo, pero también contra las bandas delictivas extranjeras y sus socios locales.
El gobierno de EE. UU. se enoja porque los cárteles mexicanos están dentro del territorio estadunidense y quieren que México combata a los comandos centrales de esas bandas en México, sin que existan decisiones serias de las autoridades estadunidenses contra los mexicanos que introducen y venden drogas en ciudades americanas.
Las evaluaciones oficiales de la DEA han detectado dos hechos referidos a los cárteles mexicanos dentro de EE. UU.: en total, operan en territorito estadunidense once grupos criminales vinculados al tráfico de drogas y de ellos destacando dos de manera sobresaliente: el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa del Chapo Guzmán, a pesar de que el capo mayor está preso de por vida en una cárcel estadunidense. Los otro nueva cárteles son: los Hermanos Beltrán Leyva, el Cártel del Noroeste, Los Zetas, Guerreros Unidos, Cártel del Golfo, Cártel de Juárez, La Línea, La Familia Michoacana y Los Rojos.
El gran tema de investigación radica en saber cómo, cuándo, con el aval de quiénes y la complicidad de cuáles autoridades estadunidenses pudieron estos grupos delictivos cruzar la frontera y construir grupos operativos para el tráfico de drogas por la frontera, la distribución dentro de EE. UU., la venta al menudeo y el lavado de dinero producto de la venta de drogas. Algunos de los carteles, sobre todo Los Zetas, entraron ya a los espacios culturales televisivos de las series policiacas estadunidenses.
Los datos anteriores revelan que las autoridades estadunidenses tienen conocimiento y seguimiento del asentamiento y actividades de los cárteles mexicanos dentro de EE. UU., pero sus planes operativos solo insisten en que México debe de aumentar su lucha contra esos grupos criminales en México. El problema más visible radica en el hecho de que cuando menos dos o tres cárteles mexicanos han desapareció del radar mexicano por su inexistencia física, pero siguen creciendo como grupo sólo en EE. UU.
Desde el gobierno de Nixon en 1969 se culpa a México del consumo de droga en EE. UU., pero ahí están los consumidores y ahora los cárteles mexicanos ya se han americanizado.
Zona Zero
· Pocas semanas duró la embajadora Roberta Jacobson –exrepresentante diplomática de EE. UU. en México con Obama y Trump– en tratar de funcionar como responsable de la agenda fronteriza México-EE. UU. en el Consejo de Seguridad Nacional. Pocos momentos después de que el presidente Biden designó a la vicepresidenta Kamala Harris como responsable directa de la Casa Blanca en el tema migratorio con México, Jacobson presentó su renuncia. No hay razones, pero puede inferirse una: no está de acuerdo con la designación de Kamala.
· La estrategia migratoria de Biden de descriminalizar la política migratoria ha generado un aumento de la llegada de demandantes centroamericanos de asilo a EE. UU., a pesar de que ya les dijeron que “no vengan” porque ya no hay lugar. A Biden se le hizo bolas su política migratoria.
El autor es director del Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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@carlosramirezh