Indicador político
Algo debe saber el titular del Ejecutivo a decir por la prisa por la que ahora elabora sus estrategias.
En su momento fue claro y estableció con contundencia que trabajaría lo más aceleradamente posible para realizar los cambios que el país exige, hacerlos profundos y que ellos resultaran irreversibles. Avanza en ello.
Los pasos más relevantes ya tocan las costas de la inconstitucionalidad incluyendo la maniobra opaca de extender por dos años más el período de vigencia de Arturo Zaldivar como Presidente de la SCJN, la Suprema Corte de la Justicia de la Nación.
La prueba máxima que deja en claro es que si para dejar las piezas donde se quieren es necesario pasar por encima de la Constitución se hará, faltaba más.
Ya veremos de qué madera está construido el Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ya veremos cómo quiere pasar a la historia de la legalidad en nuestra nación.
Lo del Ministro Presidente, no obstante, es solo parte de una trama que tiene muchas esquinas espinosas. Porque en las últimas semanas los cambios tocan los terrenos de lo poco conveniente a decir de quienes tienen que tocar la puerta de la justicia para inconformarse por lo que los cambios les implica.
Así ha sucedido con la Ley Eléctrica que acumuló decenas de solicitudes de amparo y posiblemente lo mismo provoque la Ley de Hidrocarburos sin considerar lo que implique la extensión en las responsabilidades del Ministro Zaldívar.
Y lo que sigue.
Se han acumulado evidencias de que para el titular del Poder Ejecutivo habrá que hacer lo que haya que hacer para que las cosas tomen su sitio.
En los días que siguen a la redacción de estos renglones también tendrá que definirse la suerte de los candidatos de Morena que el INE retiró de la posibilidad de ser aspirantes a puestos de elección popular y el escándalo que al menos un par de ellos habrán de escenificar en el terreno público, exigiendo su rehabilitación como candidato a la Gubernatura de Guerrero y de su colega de partido que aspira a gobernar en Michoacán.
Detrás de la posibilidad de enmendarle la plana al INE está guardando el tiempo el turno de que el Poder Ejecutivo le ponga la mano encima al propio Instituto para que no se le ocurra jugar contra la democracia, para que nunca pueda más ser parcial y jugarle en contra del equilibrio de la democracia.
Todo esto, y más, transcurre en el momento en el que la economía enfrenta el momento más complejo desde la crisis reciente en 2008-2009 generando la falta de claridad en la expectativa de que México recupere los empleos y el crecimiento que perdió por la Pandemia.
Incluso, como si necesidad hubiera, hace pocas horas conocimos el informe del Departamento del Tesoro de la Unión Americana que ha informado al Congreso de ese país el ingreso de México a un proceso de vigilancia sobre manipulación cambiaria ante “posibles intervenciones en los mercados de divisas en 2020” con la finalidad de evitar una balanza de pagos efectiva u obtener alguna ventaja competitiva injusta en el comercio.
Primera vez que México ingresa a esa lista de naciones bajo vigilancia por manipulación cambiaria.
La Ley que rige el comercio en Estados Unidos requiere que el Tesoro considere si alguna economía manipula la tasa de intercambio entre su moneda y el dólar con el ánimo de sacar ventaja comercial.
En ese contexto tenemos que sacar adelante a este país, generar empresas, recobrar la inversión levantar los empleos que perdimos y ganarle el espacio a la informalidad económica. En este contexto, tendremos que ser capaces de articular una Reforma Hacendaria para que el Gobierno tenga las canicas suficientes como para mantener de pie la que considera su encomienda social en favor de los pobres aunque no cambie su condición de pobreza. Por eso esto no va aún a la mitad. A esto aún le falta.
Le falta.
*** @etorreblancaj en Twitter
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