Poder y dinero
El miserable soy yo
Tiene razones el presidente para estar enojado. Hoy, la política de Austeridad Republicana se encuentra a revisión. De hecho, en la Corte existe ya todo un caudal de controversias en contra de leyes relacionadas a esta.
Bajo dicha política, el Mandatario ha pretendido, por ejemplo, meter mano en los organismos autónomos, incluidas las universidades públicas, a través de enmiendas a la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos.
En los hechos, esta política ha debilitado tan gravemente la estructura institucional, que podría desplomarse estrepitosamente como ocurrió con la L12 del Metro. La comparación no es exagerada; es exacta y brutalmente igual. De hecho, ésta ocurrió por aquella.
A fuerza de fracasos, la política de Austeridad Republicana, a los ojos de por lo menos 50 millones de mexicanos, está llevando al país a una profundización de la miseria y la desigualdad pues, en los hechos, no combate a los grupos que concentran la riqueza.
Al menos los dos hombres más ricos de México: Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego, siguen en el primer círculo; al igual que personajes de la vieja clase política, que hoy gozan de un poder inconmensurable. Ahí está Bartlett, Layda Sansores, etc, etc.
De los 40 millones de pobres que existían en el país, ya se han sumado otros 13 millones, que pertenecían a las clases medias bajas pero que, al quedarse sin empleo o cerrar sus pequeñas empresas, han entrado en la pesadilla de la precariedad.
Como maldición, al país se le han cargado en estos dos años, todas las pestes del apocalipsis: una pandemia, inundaciones, incendios, violencia desatada, y ahora una sequía histórica en casi todo el territorio nacional.
Sin embargo, en plena desgracia, López Obrador ha seguido, -él sí obcecado-, una política de Austeridad Republicana que no toca sus proyectos estelares como el aeropuerto de Santa Lucía, Dos Bocas y el Tren Maya.
Quizá estos, algún día, generarán grandes riquezas, pero al menos la actual generación ya no lo verá. Son proyectos que requieren de más de 20 años de apalancamiento y consolidación. Aún así, él decide destinar 8 veces más dinero al Tren Maya que a equipo contra la pandemia.
LAS PRIORIDADES SIN ROSTRO SOCIAL
En medio de otra desgracia, como las inundaciones en Tabasco, el mandatario se colocó ¡oootra vez! en el centro del debate. Se volvió a colocar como víctima y habló de pretensiones ¡golpistas! por parte de algunos grupos ¡de la sociedad civil!
Sus años de universitario no fueron suficientes para aprender que los golpes de Estado son perpetrados por las Fuerzas Armadas. Pero la desgracia en la Línea 12, fue la razón para otra perorata que dimensiona al Presidente, en el tamaño de su nivel académico e intelectual.
No acudió al lugar de los hechos, dedicó más tiempo a descalificar, que a ofrecer respuestas a los deudos y demostrar verdadera empatía con ellos, aunque no fuera a sacarse fotos, pero al menos en acercamientos privados, secretos. No lo hizo.
Lejos de comprometerse moral y legítimamente con el inicio de investigaciones, se fue contra lo abstracto, contra lo que no tienen nada qué ver con la construcción de la Línea 12: la prensa, los medios de información y contra una organización civil.
Así, nuevamente construyó un discurso de odio… y mintió. Dijo que la Austeridad Republicana por él iniciada, no es la causa de la tragedia, y trató de contestar a una investigación de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.
AUSTERIDAD REPUBLICANA CON ESTADIOS DE BEISBOL
La austeridad SÍ fue una de las causas del desastre, y se puede ver a simple vista con la sola revisión de los presupuestos federales del 2018 a la fecha. Todos, a la baja. Desde el inicio de su administración, en el 2018, se recortó más de 4 mil millones el presupuesto para el Metro.
Ese fue el motivo de la súbita cólera del mandatario, quien denunció la existencia de una campaña “golpista”, financiada desde Estados Unidos, encabezada por Claudio X González a través de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Leonardo Núñez, investigador de dicha organización civil reveló, a partir de cifras oficiales, que el presupuesto asignado al Metro para 2021 es el más bajo en nueve años, con una reducción del 25% en términos reales comparado con 2018.
Núñez publicó el miércoles un artículo titulado “La mentira de Sheinbaum: recortes y subejercicios en el metro”, en el que acusa que el sistema de transporte gastó en 2020 alrededor de 1.300 millones de pesos menos, un 8,7%, del presupuesto que le fue aprobado, según datos oficiales.
Hoy, las familias de las víctimas reclaman justo eso: la falta de apoyo de los gobiernos local y federal: las nulas garantías de que les paguen hospitalización, cirugías, medicamentos; sueldos perdidos, ingresos mínimos para sobrevivir. ¿De qué sirve su Secretaría del Bienestar?
Pero por toda respuesta, él, desde el principio, trató de dar la vuelta al tema, dijo que los señalamientos en los medios, en torno al accidente, se deben a que “están obcecados, en su contra”.
Ante la desgracia, sólo atinó a declarar la mañana del día siguiente: “tenemos la prensa más lamentable, en mucho tiempo. La prensa más injusta, la más distante, la más lejana al pueblo…”
Y lo peor: sus palabras fueron acompañadas por un esbozo de sonrisa… “(la prensa) más cercana a los grupos del poder conservador. Es un tiempo de oscuridad para los medios de información”.
Se colocó nuevamente como víctima de las reacciones que se han generado en las redes sociales.
“En tiempos del presidente Madero no se tenía una prensa así, tan tendenciosa, golpeadora; defensora de grupos corruptos. Una prensa que se dedica a mentir constantemente, con honrosas excepciones, pero son muy pocas. La regla es que tenemos la prensa más lamentable en mucho tiempo…”
Su furia no quedó ahí. El jueves, anunció el envío de una “nota diplomática” al gobierno de Estados Unidos por lo que, él considera, financiamiento ilegal e “injerencista” a opositores a su gobierno, a los que llamó “traidores a la patria”.
DEL “¡YA CHOLE!” A… “¡AL CARAJO!”
Todo ello, porque dicha organización se ha dedicado a contrastar las cifras oficiales respecto a las principales líneas del gobierno, que van desde las grandes obras como el aeropuerto de Santa Lucía, Tren Maya, Dos Bocas; hasta la política ecológica, social, económica y educativa.
En redes sociales arreciaron las críticas por no haber ido a la zona del desastre, pero él dijo “al carajo ese estilo demagógico, hipócrita”, “eso tiene qué ver más con el conservadurismo”, “no es de irse a tomar fotos”. La cuestión es que, otra vez, nadie le pidió que se tomara fotos.
De hecho, se esperaba que, en privado, se reuniera con alguno de los deudos, pero no lo hizo. Como tampoco lo hizo cuando se inundó Villahermosa, en su natal Tabasco. Ni en el momento, ni después. Aquel gobierno humanista, cercano al pueblo, quedó solamente en el discurso.
No hubo tacto ni sensibilidad política. Él no salió de Palacio. Nueve horas después de la tragedia, prefirió encabezar una pseudo ceremonia de cancelación de un timbre postal sobre la Guerra de Castas luego de que, por cierto, en Quintana Roo también había sido repudiado, por utilizarlos en una conmemoración simbólica y aplastarlos con su Tren Maya.
BOFETADA DE LOS MAYAS: “ES UN PERDÓN FALSO Y CÍNICO”
De hecho, el periplo de López Obrador por las tierras mayas, fue uno de los más escandalosos por el grado de repudio que desencadenó. Las “disculpas” de él, se convirtieron en protestas de grupos sociales en Chetumal, Quintana Roo.
Es un perdón falso y cínico, le dijeron desde los alrededores del lugar del evento, porque Presidencia de la República no los invitó ni los dejó entrar. El municipio amaneció lleno de vallas durante la visita del López Obrador.
Comunidades, grupos, organizaciones y personas que integran el Congreso Nacional Indígena (CNI) rechazaron el perdón ofrecido por el Estado mexicano a los pueblos mayas por la Guerra de Castas.
Mujeres del colectivo Marea Verde Quintana Roo, se manifestaron frente al hotel donde se hospedó el mandatario desde las 4 de la madrugada, pero el presidente “huyó, no dio la cara a las ciudadanas y ciudadanos que nos encontrábamos…”, dijo una de ellas.
Un joven advirtió: no sirve dar una disculpa al pueblo maya, si se realiza a puerta cerrada y frente a “caciques”.
“Nosotros somos mayas y entendemos cuál es el valor de nuestra cultura (…) Somos más los jóvenes que estamos conscientes de que no sirve que vengan a pedir perdón, porque no están pidiendo perdón a los mayas, están pidiendo perdón a unos caciques. Los jóvenes deben ser escuchados, los mayas estamos aquí, no nos hemos ido”.
También cuestionaron la presencia de los gobernadores de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, -ruta del Tren Maya-, porque remarca que el proyecto representa una nueva forma de colonizar los territorios de los pueblos indígenas, señalaron.
“Debo decirle presidente que los recuerdos de la Guerra de Castas aún siguen presentes en la memoria de los abuelos y abuelas mayas masewales, no olvidaron la persecución y el exterminio padecidos, fueron los waches, soldados, los que lo hicieron bajo las órdenes de crueles jefes militares entre los que se cuenta al chacal Victoriano Huerta”.
PERO LAS FAMILIAS LE RECLAMAN
Fue realmente esquizofrénico enviar una nota diplomática al gobierno de Estados Unidos, por las investigaciones de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, y a la vez impedir la comparecencia de la titular del Metro, Florencia Serranía.
Morena, el nuevo partido de Estado, rompió el quórum e impidió que sesionara el Congreso local de la Ciudad de México para que citaran a la susodicha y a otros funcionarios y ex funcionarios. ¿Eso es muy democrático? ¿Eso es transparencia?
Eso sí, apoyado por el PT y PVEM, muy dignos partidos, que tienen un dueño, más que dirigentes.
¿HUMANISTA Y CERCANO AL PUEBLO?
Por la forma en que ha querido desviar la atención, crear fantasmas mediáticos e inventar enemigos, hoy podemos decir, con todo respeto, que el miserable es usted. Dice que es “humanista y cercano al pueblo”, ¿Dónde quedó esa concepción?
Y lo peor: se cree ideólogo de izquierda, promotor del socialismo democrático. Pero hasta ahora sólo ha impulsado la política más rancia desde los tiempos del Echeverriato, en que el Presidente era el centro de las decisiones y su partido, de Estado, sólo responde a sus regaños.
No es ni intelectual, ni teórico, ni demócrata, ni precursor de un socialismo humanista. Dista mucho de tener esos niveles. Parece autócrata, en vías de convertirse en dictador.
Ha puesto en juego todo un engranaje de reformas legales, pero no le ha dicho, ni a los suyos, que el verdadero candidato para la sucesión del 24 es el ministro Arturo Saldívar.
Hoy, todas las instituciones, autónomas, y hasta las universidades, empiezan a ver como se extiende un manto oscuro, con el que se pretende imponer criterios, manejar recursos, establecer corrientes ideológicas, con miras de sentar un gobierno que durará más de los 24 años que lleva ya la izquierda en la Ciudad de México… y miren ustedes los resultados.
EL DESPLOME INSTITUCIONAL
Destinar un ingente presupuesto al Tren Maya, por encima de todo el presupuesto conjunto del INSABI, IMSS e ISSSTE, es la muestra más clara de lo alejado que ya está el Presidente de la sociedad.
Sus proyectos son lo único que le importan. La muerte es circunstancial y pasajera. Sólo la sufrirán los deudos. 348 mil 52 millones al Tren Maya contra 25 mil millones a las otras tres instituciones.
Sí, tiene razón de estar enojado el Presidente. Para la sociedad cada día está mas claro lo que implica su decreto de Austeridad Republicana. No ha mejorado las finanzas del país, la deuda externa se incrementó en 22 mil 332 millones de pesos.
Ahora hay 13 millones de nuevos pobres; en plena pandémia, decidió destinar más presupuesto a proyectos como la remodelación y construcción de estadios de beisbol. De 2019 a 2021 el gasto público en este rubro fue de 1,723 millones de pesos.
Estos son los datos que organizaciones civiles han puesto en relieve, y que hoy tienen enojado a López Obrador, porque están en su contra, y son “golpistas”, emisarios del conservadurismo.
Pero el rostro miserable de esta política hoy cada vez es más elocuente: con la desaparición del Seguro Popular, se eliminó también un fondo de salud de 33 mil millones de pesos, con lo que se atendía casos de cáncer, trastornos quirúrgicos congénitos, atención neonatal, enfermedades infectocontagiosas.
Actualmente, bajo esta política de Austeridad Republicana, hay escasez de vacunas del cuadro básico, ya no hay pruebas de tamiz neonatal, se recortaron las escuelas de tiempo completo, se eliminaron los comedores comunitarios.
En poco más de dos años del actual régimen, el Fondo de Estabilización de 300 mil millones de pesos con que contaba México se desfondó. Se han gastado 282 mil 852 millones, y se han dado en asignación directa, más del 70% de los contratos del gobierno federal.
Que bueno que esté usted enojado. Quizá en un momento de lucidez, dé marcha atrás y decida ajustar algunas políticas que no van bien.
PD:
Y sí: No fue accidente. Fue negligencia.