Libros de ayer y hoy
No estamos solos, alguien escucha lo que decimos y adónde vamos, con quién nos reunimos, de quién hablamos y para qué, del otro lado de las paredes digitales hay personas ocultas interesadas en nosotros, los ciudadanos; somos la mayoría a los que nos preocupa lo que le sucede a México y reflexionamos, analizamos, proponemos.
Pero para los que nos oyen, si es que estamos en su selecta y distinguida lista, somos sus enemigos, presuntos terroristas o delincuentes, Ya nadie está seguro en la privacidad de su casa, en su vida cotidiana, su familia, su trabajo.
Si protestas, si te inconformas, si reclamas, si denuncias corruptelas o la impunidad en la que se ocultan los que deberían velar por el bienestar de la Nación, entonces estas expuesto a la persecución y a la intimidación en el mejor de los casos.
Vivimos en un mundo globalizado y en sociedades que han desarrollado impactantes tecnologías de la información, porque en esencia nos sirven para acercarnos, para comunicarnos, para utilizar lo que aprendemos para ser mejores seres humanos, para vivir y aceptar que somos diversos, que podemos aceptar que pensamos diferente y a la vez, que tenemos muchas cosas en común para ponernos de acuerdo y hacer progresar a nuestros pueblos.
El espionaje denunciado por The New York Times que realiza el Gobierno de la República, es el tema del día, un hecho más que se suma al ya incontable cúmulo de problemas que tiene; todo se le ha salido de control, es un sistema enfermo, decadente y obsoleto que arrastra a todo el país a la miseria y la inseguridad; quiere conservar el poder a toda costa y si para ello tiene que espiar, pervertir o alterar tecnológicamente elecciones, lo está haciendo, no queda duda.
No tiene otra alternativa, está dispuesto a todo. Los “pájaros en el alambre” y los “moros en la costa”, son un juego de niños ante el uso malicioso de un sofisticado y muy caro programa Pegasus, adquirido a una empresa israelí que lo diseño para acciones de investigación en contra del crimen y el terrorismo en el mundo.
Las evidencias acusan al gobierno en turno del país, que utiliza virus perniciosos para enterarse de lo que hacen y piensan activistas de derechos humanos y periodistas incómodos que le quitan el sueño.
Por supuesto que no aceptará el Gobierno de la República que es responsable de espiar a “aliados” y opositores.
La pregunta obligada, ¿cuántos ciudadanos más son espiados en todo el territorio nacional?, bajo los mismos criterios, estrategias y programas digitales que utilizan las dependencias federales de seguridad; sería ingenuo pensar que lo mismo no está sucediendo en cada entidad federativa, sobre todo en los gobiernos del partido oficial y de algunas administraciones “amigas”; ¿acaso los gobiernos estatales también pagan su parte de los enormes costos por el uso de Pegasus?
#GobiernoEspía, ¿qué sigue?, más desapariciones forzadas, asesinatos, despidos, ¿para qué quieren la información de los ciudadanos libres?, es el momento de detenerse.