Historias Surrealistas/Javier Velázquez Flores
La política comienza en el vecindario: Carlo de Alcíbar
Ante la indignación de la mayoría de los vecinos de El Rosedal, hoy arrancaron obras en el Jardín de la Rosas, uno de los pocos reductos de áreas verdes en el sur de la ciudad de México donde poder caminar o pasear a nuestras mascotas, que se pretende cerrarla al tránsito humano y canino, por lo que comenzaron las excavaciones para colocar una cerca de hierro de 70 centímetros de altura, alrededor de todas las zonas de prados.
Este lamentable proyecto alterará la vida de cientos de personas que todos los días transitamos por este espacio libremente, sin tener que hacerlo sólo por una estrecha zona adoquinada irregular. Los vecinos al ver los hoyos nos juntamos en el citado parque y buscamos detener a toda costa este atentado en contra nuestros derechos.
Acudimos con Jorge Juárez Grande, director de Participación Ciudadana de la Delegación Coyoacán, quien nos mostró la Constancia de Validación de Resultados de la Consulta de Presupuesto Participativo 2020, con 69 votos, se autorizó el proyecto de realizar “Resguardo perimetral de prados del Jardín de las Rosas, Primera Etapa, con clave A1”.
Hemos indagado sobre cómo se gestó este atropello y resulta que en 2019 una decena de vecinos, en forma soterrada, se integraron en un Comité de Participación Comunitaria (Copaco), y acordaron poner una reja para evitar que se camine dentro del área destinada a prados y árboles, la cual se dedicará ahora a la plantación y conservación de rosas, con lo que ellos argumentan: “aumentará la plusvalía de sus propiedades”. Algunos de los miembros de ese Comité ni siquiera viven ahí.
Cierto es que el Jardín de las Rosas, creado desde 1960, como su nombre lo evoca tuvo rosales sembrados a los lados del camino a la iglesia dedicada a la virgen de Guadalupe, y que varias veces los vecinos de la colonia han intentado cultivarlos, sin éxito, debido a que ello amerita cuidado diario de varios jardineros –enriquecer la tierra, regar, combatir plagas, etc.–. Hubo aquí también palmeras que se infestaron de gusanos, sin duda hay que preservar y rescatar a los árboles existentes, en ello estamos de acuerdo y cooperaremos en todo, pero es un despropósito cercar todo el parque.
Nos dirigimos a la doctora Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, a la Cámara de Diputados local, al IECDMX, a la Delegación Coyoacán para que eviten esta criminal medida en tiempos de pandemia.
Además de que cerrar el Jardín de las Rosas afectaría el libre tránsito de muchas personas de la tercera edad que habitan en la colonia El Rosedal y zonas circunvecinas, quienes suelen dar paseos para liberarse del estrés –ahora ante el obligado encierro casero–, es además el punto de reunión de los vecinos ante un sismo y centro de intercambio social.
La medida afecta también a niños y jóvenes de la colonia que suelen socializar ahi y especialmente a los propietarios de mascotas, que lamentamos este atentato en contra de los derechos humanos y de los derechos de los animales.
No se vale que el sentido de la Ley de Participación Ciudadana vigente que fue incentivar la participación ciudadana directa de los habitantes en general sea manipulado por un pequeño grupo de señoras, encabezadas por Lucía Siller R. y Lizette Hoffman –según firmas al calce del proyecto– para imponer su visión sesgada de lo que es el bienestar o el desarrollo armónico de los vecinos de esta colonia.
Si es necesario acudiremos a las autoridades judiciales de la Ciudad de México para solicitar un amparo que nos proteja a cientos de vecinos afectados de este atentado.
Para cerrar el año, quiero aplaudir que las autoridades capitalinas hayan cancelado la fiesta de fin de año en el zócalo, la verbena navideña concluirá el 30 de diciembre y no el 31, a fin de evitar mayores contagios de Ómicron.
Otra buena noticia, es que hace unos días surgió un profeta. ¡Alabado sea el señor!
Luego de un periodo de discreción, autoimpuesta, según él mismo declaró, el sacerdote Alejandro Solalinde reveló que ve en el presidente Andrés Manuel López Obrador “rasgos muy importantes de santidad”. Primero ante el diario El Universal, el conocido defensor de los derechos de los migrantes mencionó que el mandatario sigue las enseñanzas de Jesús, por lo que lamentó que “no lo valoren”.
Solalinde aseguró a la periodista María Cabadas que “la santidad política existe y la menciona la Iglesia católica, pero hay que entender que la santidad no es perfección”, sino imitación del amor de Dios, por lo que una santa o un santo pueden tener errores pero no por eso dejar de ser santos.
Y ya en la exaltación total,el director del albergue Hermanos en el Camino, investido de profeta y místico dio más señales: “presidentes como López Obrador surgen cada 100 o 200 años. Dios nos bendijo con un presidente como el que tenemos. Cada día admiro más a este hombre”.
Luego, en Aristegui Noticias abundó sobre la santidad en AMLO, antes aclaró que no se trata de una simple ocurrencia, y agregó indicios: es un maestro como Jesús lo fue, busca la justicia para los pobres y oprimidos, es un misionero que camina con la gente divulgando el bien, practicando la santidad, representa la dimensión social del amor cristiano.
Sólo falta que Solalinde quiera dedicar el resto de su vida a lograr la canonización oficial de AMLO, quien vendría a ser algo así como el santo 10,001 de la Iglesia Católica, el proponente tendría que probar fehacientemente que su candidato es un siervo de Dios, postularlo ante la Santa Sede junto con un informe sobre sus virtudes, probar que es venerable, y demostrar la realización de dos milagros, porque si logra probar uno, sólo sería declarado beato.
Solalinde siempre ha sido vehemente al defender sus creencias, pero parecía un luchador serio, comprometido con la defensa de los derechos humanos, pero con esto si no se midió o quizá entró en trance de fe, y ese estado de iluminacíon que le está jugando una mala pasada, quizá sea momento de consultar a quien más confianza le tenga –un obispo, un neurólogo, un psicoterapeuta…– alguien que lo aterrice, por Dios.
En el cierre del 2021, cuando todos anhelamos buenos augurios, los presagios no son alentadores con inestabilidad en el estado de derecho, tan necesario para que el país pueda enfrentar la difícil situación económica, política y social que atraviesa, asi como combatir la pandemia de Covid con políticas públicas acertadas y un sistema de salud eficiente.
Es deseable que en el 2022 el gobierno federal recupere y mantenga el equilibrio entre los poderes de la Unión, de esa forma y con la participación ciudadana evitaremos que se concrete un gobierno autocrático que quiera apoderarse del INE para que su santidad –según Solalinde– de cristiana sepultura a nuestra Democracia.