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TLAXCALA, Tlax., 14 de enero de 2022.- Las trampas rústicas que implementan pobladores y organizaciones ambientalistas en el Parque Nacional de La Malinche contra el gusano descortezador no funcionan y solo sirven para monitorear estos escarabajos, pero no para disminuir la población, evidenció el representante del Comité de Saneamiento y Restauración Forestal de Cuaxomulco, Carlos Pacheco Montiel.
En el foro realizado por la Fundación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), para lanzar las convocatorias del concurso de fotografía, La Matlalcueye, el lente y la montaña a través del tiempo y Échale una manita a la Mali, investigadores, catedráticos y representantes de organizaciones sociales, debatieron sobre el tema de la emergencia en el Parque Nacional La Malinche, las afectaciones por el cambio climático, el gusano descortezador y otros problemas que enfrenta.
Sobre el tema del gusano descortezados, plaga que evidenciaron afecta no solo La Malinche sino bosques de Nanacamilpa, Hueyotlipan, Sanctorum, Ixtenco, Tlatelulco y Cuaxomulco, entre otros municipios, que en total suman 12 y que se enfrentan a la pérdida de los árboles y que estos escarabajos han acabado con al menos de 700 a mil hectáreas y que ponen en riesgo al resto en la entidad.
De acuerdo a Carlos Pacheco Montiel, quien además forma parte del Grupo Matlalcueyetl Comunidades Unidas, existen 12 municipios con registro de esta plaga y que en los últimos dos años comenzaron con los estragos de los bosques de Tlaxcala, para el 2020 registraron 300 hectáreas afectadas, posteriormente esta cifra aumento a 500 y para finales de año se elevó a casi mil hectáreas.
Este problema origina en los bosques que ya no exista captación de lluvia, no obstante, las personas de las comunidades junto con investigadores y representantes de organizaciones sociales, han implementado trampas rústicas contra el gusano descortezador, no obstante, explicó que estas no funcionan, ni controlan las plagas, mucho menos disminuyen esta población y solo sirven para monitorear esos escarabajos.
“Hicimos la adecuación, son trampas artesanales, hicimos una evaluación por parte de la UAT con conductores de energía para ver la eficiencia y para ver que tanto funciona, porque sí se hizo la adecuación, en la segunda parte lo que vamos a hacer es este estudio para saber que tanto podemos abarcar”.
Y agregó, “porque las trampas sí sirven para monitorear el avance del escarabajo, hacia donde se está distribuyendo, es como una ratonera, cuando están ahí los insectos y podemos identificarlos, no sirven como una trampa masiva, porque la síntesis que hacemos es en poco, no dura tanto como una trampa comercial, pero sí de forma rústica podemos ir identificando hacia dónde va a ir avanzando el monitoreo y ubicando esos puntos estratégicos de las comunidades en las que apenas está afectando”, explicó.
Además, refirió que no se pueden colocar en todo el bosque de la Malinche sino solo en algunas partes como puntos de monitoreo y sistematización, además que existe la capacitación de los comités comunitarios, de cómo colocar estas trampas.
Estas trampas señaló, permiten saber la población de estos escarabajos, las comunidades que están en riesgo y la presencia y avance que tiene esta plaga.
“Los insectos que se atrapan ya no van a seguir infectando más árboles, por eso nos sirve para ir monitoreando y como un control, las trampas sirven como un monitoreo, pero no para disminuir la población, a menos que sea en brotes iniciales en los que se puedan capturar más animalitos”, dijo.
Finalmente, el representante del Comité de Saneamiento y Restauración Forestal de Cuaxomulco, Carlos Pacheco Montiel, agregó que los investigadores y expertos los puedan ir guiando para que no se vaya alterar el equilibrio ecológico dentro del bosque y diversidad de insectos que hay.