Inseguridad y violencia no paran
Mucha tinta ha corrido desde el pasado viernes en que se conoció la detención del llamado capo de capos, Rafael Caro Quintero.
Las versiones publicadas en diversos espacios por columnistas y reporteros, insisten en que la captura del deteriorado capo fue parte de los acuerdos que se tuvieron entre los presidentes de México y Estados Unidos durante la reciente visita de López Obrador a Washington.
Publiqué el domingo pasado en mi columna de El Heraldo de México un dato que pudiera ser la punta de la madeja de especulaciones que ahora ligan al titular de la CFE, Manuel Barttlet Díaz, con el evento del secuestro, tortura y muerte del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar a mediados de los años 80.
La residencia en la que se tenían secuestrados a Enrique Camarena y al piloto, Alfredo Zavala Aguilar, fue adquirida por un oscuro personaje que ofreció un anticipo de la mitad del precio fijado por los propietarios.
La operación de compra-venta nunca concluyó porque el adquiriente, quien tenía la posesión y una promesa de venta de la exclusiva residencia en Guadalajara, se negó a pagar el resto del costo total de la operación que solo tuvo una entrega más después del pago inicial.
En los tiempos de esa operación inmobiliaria los vecinos de la finca denunciaron que actividades sospechosas como la llegada de vehículos con personas armadas con regular frecuencia, la Federal de Seguridad, a quien muchos señalan como los delatores de la ubicación de Camarena a la gente de Caro Quintero, dependía del entonces secretario de gobernación Manuel Barttlet Díaz.
Camarena había dado años atrás un golpe a la propiedad del Cartel de Guadalajara en San Luis Potosí, y ello encrespó al cartel de Guadalajara.
Alejandro Envila dice en su columna publicada en AEInoticias.com y en Noticias al Punto, lo siguiente con respecto al caso de la captura de Caro Quintero:
“El interés actual de los Estados Unidos en Caro Quintero, absolutamente real y vigente, tiene que ver con algo diferente a su historia como legendario introductor de sustancias prohibidas al mercado norteamericano. El nombre del juego se llama hoy, Enrique “Kiki” Camarena y a partir del caso del agente de la DEA y ciudadano americano asesinado por los sicarios del detenido (algunos aseguran que torturado por él mismo en Guadalajara), la detención del ex capo adquiere una dimensión distinta; policiaca sí, pero también y, sobre todo, política.
Hablar de la muerte de Enrique Camarena y la detención, con fines de extradición, de Rafael Caro Quintero, obliga a referirse a las muchas versiones periodísticas, ampliamente documentadas a lo largo de los años, que involucran en el caso, y lo señalan como corresponsable del asesinato, a Manuel Bartlett Díaz. Como secretario de Gobernación de Miguel de la Madrid, Bartlett tenía el control de la Dirección Federal de Seguridad, extinto órgano del estado mexicano a cuyos agentes se atribuye el secuestro de Camarena, así como su entrega a Caro Quintero y sus socios, para su tortura y asesinato. Hay reportajes publicados y sustentados en la versión de ex policías mexicanos, hoy acogidos al Programa Federal de Testigos Protegidos de los Estados Unidos, que sostienen la participación de Bartlett y otros altos mandos mexicanos ya fallecidos, como el general Juan Arévalo Gardoqui, en la planificación del secuestro, pero también en la tortura de Camarena.”
La sociedad mexicana merece una explicación oficial más creíble que la de que la captura de Caro Quintero fue únicamente producto del rastreo de una perrita de la Marina y llevada a cabo sin la información que debió proporcionarles la DEA.
No hay duda de que Caro Quintero tiene mucho que contarles a las autoridades estadounidenses sobre el icónico caso de Enrique Camarena y su piloto Alfredo Zavala, secuestrados, torturados y asesinados por sus sicarios.
Esta historia está en punto y aparte. De ninguna manera tiene ya un punto final.
EN TIEMPO REAL.
1.- El grave problema de la sequía que asola a México exige que el gobierno implemente, primero, un plan de emergencia, y posteriormente una política de la cpnservación y el uso del agua en todo nuestro país. El encargado de la CONAGUA, Germán Martínez, de plano solo no podrá conseguir la solución del problema.
2.- Otro caso que implica un alto riesgo para la salud del país es la DESATENCIÓN QUE EL GOBIERNO ESTÁ DANDO A LA QUINTA OLA DEL COVID. Por lo pronto se debe regresar a los protocolos de salud para enfrentar la reaparición del COVID. Una muestra de esa conducta irresponsable y laxa, son la permisividad a eventos multitudinarios como el celebrado el domingo pasado en el Zócalo.
3.- Por tercera semana consecutiva Guanajuato sigue encabezando la lista de las entidades en las que se cometen más homicidios dolosos. Tal vez esa sea la razón de que varias recientes encuestas ya den a MORENA como el partido que sería más votado, con Ignacio Prieto como candidato, en las elecciones para gobernador en Guanajuato en los comicios del 2024.