Libros de ayer y hoy
Arde la relación México Estados Unidos
La relación entre México y Estados Unidos a nivel gobiernos está que arde.
La visita del secretario de Estado de la Unión Americana a México, Antony Blinken, antes de una celebración más de la independencia de nuestro país, es una prueba innegable de que las cosas están atravesando por el peor de los momentos en la relación bilateral desde hace muchas décadas. Muchas, muchísimas.
Si no viene la responsable comercial de la Unión Americana, Gina Raimondo para dialogar con Tatiana Clouthier,, es por algo, porque el asunto de disgusto profundo, rebasa lo estrictamente comercial, y se instala en el terreno estratégico, que exige entregar el mensaje de Joe Biden, al máximo nivel posible en territorio mexicano y en persona. En persona recibir y en persona hablar.
Blinken No viene a felicitar al país por un año más de Independencia, sino a marcar la posición que asumiría la administración Biden ante la probabilidad de que el Presidente de México salga con decisiones que pudieran lesionar los intereses de Estados Unidos, como eventualmente pudiera ser un retiro de México del TMEC.
El Gobierno de Estados Unidos está muy molesto por la decisión de AMLO de favorecer a las empresas productivas del estado CFE Y Pemex, cerrando espacios a las inversiones de empresas norteamericanas.
Pero si el asunto va de plano al terreno de la ausencia de nuestro país del acuerdo comercial, el tono del problema sube mucho de gravedad.
El asunto es de estrategia regional. No están dispuestos los norteamericanos a que México ponga en jaque a la principal economía del mundo y mucho menos que la voluntad de quiebre sea expresión de una sola persona capaz de trastocar los planes regionales de la América del Norte (Canadá, Estados Unidos y México).
Se ha mantenido en absoluta discreción el tono con que inició el diálogo entre funcionarios del gobierno de Joe Biden y los representantes del Gobierno de México con la misión de procurar resolver las diferencias que sostienen ambas naciones en materia energética.
La voluntad estatista de AMLO trasgrede e incumple los acuerdos comerciales acordados entre México, Canadá y la Unión Americana y fueron firmados con el conocimiento pleno del Presidente de México, poco antes de que AMLO iniciara formalmente su gobierno.
El tono que los representantes de Estados Unidos aplicaron desde los primeros minutos de los diálogos en materia comercial para encontrar soluciones a los diferendos no dejó duda del enorme disgusto en el gobierno de Joe Biden respecto a la posición mexicana.
Muy directo el tono, subido de términos, dejó perfectamente en claro la profunda irritación del gobierno de Biden por la actitud y falta de respeto mostrada por el Gobierno de México en el asunto.
Fuentes que desean permanecer en el anonimato afirman que Blinken viene a México a escuchar del Presidente su posición respecto a lo que se teme a pesar de que tanto AMLO como Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores han declarado públicamente que la salida de México del TMEC no va a suceder.
Qué alto descrédito ha ganado el Presidente AMLO, a pesar de que ha dicho que México se mantendrá en el acuerdo, el asunto sigue siendo un elemento que se considera posible.
Se sigue temiendo la que sería una controvertida y nefasta decisión.
Blinken viene a preguntar algo, a recibir la respuesta y a avisar directamente en persona y de frente cuál será la posición de Estados Unidos y lo que va o podrá suceder como consecuencia de tal anuncio si es que esa fuera la decisión que planea hacer el Presidente.
Blinken trae proyecciones y posiciones que no van a gustar al Presidente de México con absoluta seguridad.
Seamos honestos; el comercio entre Estados Unidos (y Canadá) nos ha beneficiado a todos, a los tres países pero si de tomar ventaja se tratara México, ha sido la parte más beneficiada.
Desde diciembre del 2018 y junio de 2022 el superávit comercial de México ante Estados Unidos suma 390 mil 810.4 millones de dólares.
Esto es lo que Estados Unidos nos ha comprado de más, respecto a las compras que México le ha hecho a Estados Unidos.
Entre 1994 y la mitad de 2022, solo en 1994, Estados Unidos obtuvo superávit comercial con México por un total de mil 349.8 millones de dólares (todos los datos oficiales del Gobierno de Estados Unidos). En 26 años siguientes a 1994, México ha obtenido superávits comerciales ininterrumpidos.
Si se pregunta si esta balanza comercial nos ha servido para mejorar la calidad de vida de los mexicanos tendríamos que contestar que sí, sin duda, aunque ciertamente pueden obtenerse mejores resultados, pero eso ya no es culpa de los socios sino de nuestras políticas públicas.
Si Blinken viene a lo que viene no es porque le tenga confianza a AMLO. Vienen a avisar el costo que en materia económica habrá de aplicar el Gobierno de Estados Unidos. Nos viene a mostrar la factura.
Si AMLO creyera que con esta voluntad pasa a la historia, sin lugar a duda habrá de conseguirlo, pero no en el lugar que él espera.
La decisión sería un suicidio económico.
Pero hay algo más: tendríamos que reconocer que nos merecemos pagar esa factura si es que permitimos que un iluminado, sea cuál sea su nombre, tome una decisión de esta naturaleza sin que alguien le ponga un no a esa absurda decisión.
Muchísimas cosas se pueden mejorar del TMEC.
Hemos sostenido que puede ser el cimiento para muchos otros acuerdos y beneficios futuros para nuestro país y los socios, pero un repudio cancela cualquier oportunidad futura.
Nos ofrece como única garantía la oscuridad en un escenario económico global que aún nos coloca dentro del área más próspera en lo económico desde 1994.