Inseguridad y violencia no paran
¡De elogiar la traición al fracaso de traidores!
La novedad no es que el presidente mexicano salió de compras en días pasados.
No, lo nuevo es que la cartera presidencial “no fue suficiente” para comprar aquello que exigía el mandatario.
Y es que un puñado de conciencias del Senado de la República no estuvieron a la venta. O, por el contrario, no les llegaron al precio.
Incluso, dicen los que saben, que en los anaqueles no había muchas ofertas; no apareció “la carne podrida” y tampoco aquellas “conciencias malolientes” que esperaba encontrar el tirano de Palacio.
Y es que en sesión histórica del pleno del Senado, buena parte de los opositores del PRI, PAN, PRD y MC resistieron –de manera momentánea–, todo tipo de chantajes, amenazas, cañonazos en efectivo, candidaturas de todo tipo, embajadas y, sobre todo, amenazas del crimen organizado.
¡Sí, amenazas del crimen organizado!
De esa manera, el dictador mexicano resintió uno de los mayores descalabros de su gestión de casi cuatro años, lo que desató la furia de un presidente que presa del clásico ataque de cólera, descobijó de manera grosera a su aliado de temporal, Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, quien quedó exhibido en calidad de “bobo útil” en palabras del propio López.
Y es que si acuden a la memoria, recordarán que hace pocas semanas, “Alito” sucumbió a las presiones oficiales, “se dobló” y se convirtió en aliado de AMLO, al proponer “la brillante idea” de extender la militarización de la seguridad pública, hasta el fin del sexenio próximo, en 2029.
Pero la mañana de ayer, en medio de su enojo, López dijo que si los senadores “hipócritas” habían rechazado su propuesta, la volvería a presentar una y otra vez, en poco tiempo, hasta que sea aceptada.
¡Sí, de risa loca, Alejandro Moreno convertido en lacayo presidencial!
Pero detrás de la infidencia de Obrador apareció el fascista que AMLO lleva dentro. En abierta violación al Artículo 134 Constitucional, el presidente mexicano exhibió a cada uno de los senadores que rechazaron su propuesta de militarización del país, no sólo a manera de venganza sino de amenaza.
Y es que, en efecto, la más exitosa política pública del caprichoso presidente mexicano es la exaltación y premiación de la traición; traición a una causa, a los principios, a la familia, a un partido y/o a la palabra empeñada.
Por eso, porque López Obrador es un probado traidor a su palabra y a la realidad misma, ha formulado casi 90 mil mentiras a lo largo de su gestión de casi cuatro años; 46 meses en los que se confirma no sólo como el peor mandatario sino como la maquinaria de mentir más exitosa del mundo.
Y por esa razón –porque conocemos desde hace décadas el amor de AMLO por la traición–, acudimos a nuestra siempre bien informada “fuente de Palacio”, la cual confirmó –la tarde del domingo 18 de septiembre–, que López había puesto en marcha una perversa estratagema para comprar todas las conciencias posibles de los opositores en el Senado.
La “fuente de Palacio” confirmó –con pelos y señales–, que desde Obrador ordenó, de manera personal, buscar mediante todas las agencias de espionaje del Estado mexicano “los trapos sucios” de cada uno de los más de 30 senadores a quienes potencialmente se podría comprar, presionar, chantajear y/o amenazar.
Es decir, del puño y letra del propio presidente salió “el palomeo” de los senadores a los que se podría premiar por la traición a su partido, a sus principios y, sobre todo, a sus votantes.
En el extremo, en Palacio se hizo especial énfasis en buscar senadores que aceptaran impunidad a cambio de desaparecer “los trapos sucios” de sus respectivas carreras políticas.
Curiosamente, la estratagema que desde Palacio se puso en marcha para “doblar” o “premiar” al número de senadores que requería Morena, fue bautizada como “Operación Premio”. Algo así como “el premio a la traición”
Una parte de esa primicia apreció en el Itinerario Político del martes 20 de septiembre se tituló: “¡AMLO va al senado a comprar conciencias!”.
Ese mismo día, curiosamente, “con bombo y platillo” –y a través de sus redes–, el líder de Morena, Mario Delgado anunció “la compra” del senador panista por Yucatán, Raúl Paz, a quien “premiaron” con migajas como la candidatura al gobierno de esa entidad.
También se confirmó que en la “Operación Premio” participaron no sólo Obrador sino casi todos los secretarios de Estado; gobernadores de Morena, ex gobernadores del PRI y del PAN, embajadores y, de manera impensable, los jefes de las bandas criminales aliadas del gobierno federal.
Sí, por increíble que parezca, por lo menos tres senadores de regiones dominadas por el crimen organizado fueron amenazados por las criminales aliadas del gobierno de López Obrador.
Sin embargo, como es del dominio público, la “Operación Premio” fracasó y el presidente ordenó la retirada de su iniciativa, en medio del regaño a todos los operadores.
La buena noticia es que, por lo menos hasta hoy, un sector de los legisladores de oposición no han caído en las amenazas, el chantaje y la traición a sus electores.
Y es que el miércoles 21 de septiembre del 2022 será un día memorable para la política y los políticos mexicanos.
Una fecha que será recordada como el día en el que los opositores pasaron “del elogio a la traición, al fracaso de los traidores”.
¿Cuánto tiempo aguantarán esa presión?
Al tiempo.