Inseguridad y violencia no paran
Hoy habrá dos inauguraciones simbólicas.
La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, encabezará al mediodía el acto para poner en servicio un par de plantas del grupo farmacéutico Neolpharma.
Fruto de un largo proyecto porque las inversiones en este sector no se hacen de un año para otro, ni siquiera de un sexenio a otro.
Y más notorio porque se da en condiciones difíciles de la economía universal y en un marco de desabasto generalizado de medicinas en el país.
Más aún, en un ambiente de animadversión desde principios de la administración federal cuando, so pretexto de combatir la corrupción, se marginó a los productores nacionales.
Resistencia gubernamental no superada siquiera con el fracaso del contrato suscrito con la pomposamente llamada Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, Unops.
El convenio de implementación con el -¿desaparecido?- Insabi por una millonada en dólares, 130 según la versión dominante.
El documento difundido no define el monto:
“El Inabi se compromete, dentro de los (15) quince días hábiles posteriores a la entrada en vigor del presente acuerdo, a depositar en dólares norteamericanos el importe inicial de (…)”.
Se especifica, en cambio, el nombre de la cuenta (Unops), el banco (JP Morgan Chase Bank en1166 Avenue of the Americas, 14th flor, New York, N. Y., 10036I USA) y la cuenta: 323-846017.
ASIGNACIONES DIRECTAS
La inauguración de plantas es una buena noticia.
El logro de una industria donde la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf) de Luis Verduzco y Juan de Villafranca empujan y hoy estarán en la ceremonia.
Pero no significa la superación de carencias de equipo, instrumental y medicamentos en el sector público porque hay serios problemas administrativos.
Por ejemplo, el año pasado se informó que habría licitaciones para diciembre a fin de acabar con la falta de suministro, pero a estas alturas si acaso se han difundido 50 por ciento de las claves.
Con una acotación: la mitad de ellas con asignaciones directas al amparo de la emergencia.
En términos prácticos, esto anuncia carencias no nada más en 2022, sino para 2023 y tal vez 2024… para todo el sexenio, pues si acaso el mercado se normalizará hacia 2025.
LA ESPERANZA EXTERNA
Ante la inestabilidad sectorial, los empresarios se reorganizan.
En lo interno y en lo externo.
Por ejemplo, en el primer caso la escasez de medicinas en instituciones de salud, desde clínicas hasta centros de especialidades, se ha reforzado una red de farmacias privadas.
Ya se tienen registradas más de 30 mil y a ellas acude un pueblo desamparado con la desaparición del Seguro Popular y la cancelación de compras en 2019 con el espejismo de un sistema de salud tipo nórdico.
Y en lo externo, se hacen esfuerzos por incrementar las exportaciones y para ello cuentan con el beneplácito de grandes consumidores como Estados Unidos.
Otro dato: el mercado mexicano se estima en 16 mil millones de dólares, pero el estadunidense en 600 mil millones y con una tajada se generarían exportaciones, divisas y empleos.
Y otra ventaja: los principales compradores –Estados Unidos, India, Inglaterra– han disminuido o de plano cancelado sus exportaciones para no sufrir problemas de abasto.