Escepticismo ante los Brad Pitt/Salvador Guerrero Chiprés
La política es ante todo un ejercicio de confianza y de respeto. Por ello, para un político el nombre y la reputación lo son todo.
Nacido el 1 de mayo de 1934, en la víspera de que su padre, el general Lázaro Cárdenas del Río, asumiera la presidencia de la República, Cuauhtémoc Lázaro Cárdenas Solórzano ha sido un actor central en la transformación democrática de México.
Como el fruto no cae muy lejos del árbol y a pesar de ser ingeniero civil de formación, Cuauhtémoc Cárdenas pronto estaba siguiendo los pasos de su padre en política. Debió haber sido muy grande el sentido del deber con su patria para que el joven Cuauhtémoc optara por los azarosos caminos de la política, por los cuales no solo transitaría, sino abriría más y permitiría su ensanchamiento.
Tras haber militado en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) por 25 años, tiempo en el cual se desempeñó como senador de la República, subsecretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos y gobernador de Michoacán, el ingeniero Cárdenas conformó la llamada Corriente Democrática que, junto a la maestra Ifigenia Martínez y el universitario Porfirio Muñoz Ledo, pugnó por nuevos y más amplios cauces de participación política, resultando en una de las escisiones más graves que haya conocido mi partido en su historia.
Los rumbos que habría de tomar ese grupo de insignes mexicanos desembocarían en el engrandecimiento de la democracia en México, pues su oposición por la vía institucional permitiría que la pluralidad fuera paulatinamente incorporándose en los cargos de decisión, como fue en 1997 cuando el ingeniero es elegido democráticamente como el primer jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Sin duda, fue un parteaguas en la vida política del país.
Hombre serio, de gesto adusto y de pocas palabras, Cuauhtémoc Cárdenas ha contribuido de forma permanente, discreta y austera al desarrollo del país. Él no busca bañarse de gloria personal, sino tener la satisfacción del deber cumplido.
Es un hecho irrefutable, incluso para sus detractores, que el ingeniero Cárdenas es una de las figuras claves de la transformación democrática. Fiel a sus ideales y principios, Cuauhtémoc Cárdenas ha tenido el valor y la visión de saber llegar y de saber irse cuando siente que su presencia o su ausencia pueden contribuir al desarrollo de México.
Es por ello por lo que, a sus casi noventa años, sigue luchando institucionalmente desde su trinchera por engrandecer al país.
Un hombre con esa trayectoria, coherencia y verticalidad no puede ser adversario de nadie, más que de aquel que vaya en contra de la propia democracia.
*Presidente Nacional del PRI.