¡Guerrero en llamas! La gobernadora goza la vida cantando
Crisis de sistema/régimen/Estado o el INE con técnicas chavistas
De hacer caso a todos sus libros y discursos, José Woldenberg, Lorenzo Córdova Vianello y Ciro Murayama Rendón como oposición antilopezobradorista están construyendo un movimiento populista de derecha con características antidemocráticas, en tanto que sus protestas se salieron del parlamento y siguen invadiendo las calles para obligar al Congreso y a la Suprema Corte a anular reformas electorales que cumplieron con todos los requisitos procedimentales legislativos de una democracia representativa.
Córdova y Murayama están sacando al INE de su papel constitucional e institucional y lo están convirtiendo en un grupo de presión con argumentos que rayan en el histerismo propio de populismos caudillistas: que la reforma electoral en su Plan B estaría preparando la anulación de las elecciones porque –en la lógica argumentativa de la alianza INE-Coparmex-Claudio X- González—Morena va a perder las elecciones presidenciales.
El hecho de que el INE actual avale esa argumentación y la lleve a reuniones informales con senadores estaría dándole la razón al presidente López Obrador en su señalamiento de que el Instituto electoral dejó de ser el organismo garante de la democracia del voto –solo ésa es su función– y se convirtió en un grupo político con activismo electoral en contra de un partido y de las autoridades políticas vigentes.
Si Córdova y de Murayama están decididos a confrontar una ley aprobada en la Cámara de Diputados por mayoría legal que está pasando los últimos filtros también legales del Senado, entonces lo más sensato sería que presentarán desde hoy su renuncia a sus cargos de consejero presidente y consejero electoral y dejarán de utilizar recursos públicos del instituto para confrontar una decisión que hasta este momento ha cumplido de manera escrupulosa con los procedimientos señalados por la Constitución.
La segunda marcha anti Plan B cumple las funciones populistas de querer construir una presión social para obligar a los legisladores a atender los gritos de la calle y no decidir en función de los procedimientos para los cuales fueron electos por sus bases militantes.
Tan escrupulosos en la teoría política de la democracia, la alianza INE-Coparmex-Señor X estaría planteando una muy severa crisis del sistema institucional de representación y estaría violando los planteamientos de los defensores de la democracia de que el modelo legislativo de representación popular sería la esencia del régimen basado en leyes e instituciones.
La crisis del sistema democrático mexicano estaría siendo estallada en situaciones extremas por los defensores teóricos de la democracia que encabezan Córdova y Murayama y la ruptura del proceso institucional de representación política llevaría al país a una crisis de Estado si de pronto la Suprema Corte decide anular el Plan B no por presuntas violaciones constitucionales, sino por las presiones de los sectores conservadores en las calles y aprovechando el activismo poco jurídico de la ministra presidenta de la Corte –copiando lo que hizo el anterior ministro presidente Arturo Zaldívar– en función de una posición aparentemente conseguida por cuota de género y no por un proyecto de reforma judicial para la reconstrucción del Estado.
El mitin del próximo domingo en el Zócalo de la coalición INE-Coparmex-Señor X representará la oportunidad última para la redefinición del posicionamiento político-sistémico de la alianza legislativa PRI-PAN-Partido de los Chuchos, porque estas tres corrientes tuvieron su oportunidad democrática en el actual equilibrio legislativo del sistema de representación para oponerse a las reformas, tomando en cuenta que la reforma del Pacto por México fue producto de una coalición PRI-PAN-PRD y representó la consolidación del proyecto neoliberal salinista impulsado en 2012-2014 por el presidente Peña Nieto.
La coalición INE-Coparmex-Señor X se presentará este domingo por segunda ocasión como un movimiento al estilo chavista de utilizar la presión popular en las calles y los gritos sociales para desautorizar la vigencia del sistema político constitucional de representación popular y sería la reconfirmación también populista del modelo de usar las calles para anular al parlamento.
Lo paradójico de las circunstancias se percibe en una mayoría lopezobradorista que hasta ahora ha cumplido con las reglas institucionales de la democracia, mientras una minoría impulsada por el INE-Coparmex-Señor X quieren destruir desde la presión populista de las calles las decisiones tomadas en el sistema democrático de representación popular legislativa.