Para Contar/ Arturo Zárate
A partir de lo ocurrido en el descubrimiento de una organización criminal que opera en San Luis Potosí el negocio de la trata de migrantes, las denuncias sobre ese tráfico de seres humanos se han incrementado y provienen no solo de los países expulsores de migrantes, sino también de las naciones que son los más probables receptores de esos desplazados.
Ese acontecimiento, que tiene una serie de declaraciones de sus principales personajes involucrados totalmente contradictorias, representa la punta de una madeja muy grande de otra vertiente de explotación del crimen organizado.
Los dueños de la empresa de transportes “turísticos” que tiene su base de operación en San Felipe Torres Mochas, en el estado de Guanajuato, insisten en asegurar que en sus vehículos eran transportados turistas y no migrantes.
Pero lo que se ha encontrado en las inmediaciones del municipio potosino de Matehuala, y que viajaban en los transportes que salieron de San Felipe, fueron identificados como migrantes por las autoridades.
¿Qué pasa en este caso?
Dice la reportera Ruth Salazar en Aristegui Noticias:
“El gobernador del estado, Ricardo Gallardo Cardona, reconoció que en la carretera 57 opera una red de tráfico ilegal de personas, que aseguró opera por medio de empresas fachada que dicen dedicarse al transporte de turistas, pero que en realidad trasladan migrantes rumbo a la frontera norte, pero son entregados a grupos de la delincuencia organizada en lugares como Doctor Arroyo, Matehuala y Saltillo.
“Los responsables que eran los denunciantes, la empresa turística era quien promovía estos coyotajes, las investigaciones ya están sobre de ellos porque recibían pagos de 60 mil pesos para estar llevando a personas indocumentadas, ellos mismos eran quienes los entregaban a la delincuencia”, aseguró.
Agregó que tanto su gobierno como el del estado de Guanajuato tendrían que centrar sus investigaciones en ese tipo de empresas que afirman dedicarse al transporte de turismo, pues afirmó que no sería la única que se dedica a ese tipo de actividades ilícitas.
“Sobre estas empresas operadoras turísticas que son las que están engañando a la gente y que en su momento engañaron a todos diciendo que eran turistas, pues no tenían un registro, porque efectivamente no eran turistas”, reiteró.”
Todo un reto humanitario que nos hace recordar lo que dice del fenómeno migrante el filósofo Bauman en su texto Tiempos Líquidos:
“El alto crecimiento de los refugiados y las innumerables restricciones que sufren los espacios de asilo, pues lentamente el odio hacia todo “otro” se va acentuando.
Bauman había escrito que “la nueva plenitud del planeta significa, en esencia, una aguda crisis de la industria de eliminación de residuos humanos.
Los 65 millones de refugiados no son otra cosa que esa producción de residuos humanos que persiste en sus avances”.
La trata de seres humanos como los migrantes, es un nuevo reto que el crimen organizado ha lanzado ya a todos los niveles de gobierno en México.
Y mientras tanto en las Mañaneras se sigue hablando de que en México no pasa nada y que sí funciona la política de “abrazos y no balazos”.