Hablando en serio
La democracia mexicana vive el mayores peligros de su historia; el peligro de que la Suprema Corte sea víctima de un “golpe de Estado”.
Golpe impulsado por los poderes Ejecutivo y Legislativo, convertidos en grotesca alianza dictatorial que, en cualquier momento, podría desaparecer la división de poderes y dejar todo el poder en un solo hombre.
Y es que luego que la Corte echó abajo el “Plan B” para matar al INE”, desató la furia de tirano de Palacio quien, despojado de la mascara de presunto demócrata, se mostró como lo que siempre ha sido; el impostor que busca el poder absoluto.
Pero en el “río revuelto” de las ambiciones que desata la sucesión presidencial, también se despojaron de la careta de supuestos demócratas lacayos como Ricardo Monreal, quien prefirió seguir paliando el lodo, ante la última esperanza de ser nombrado candidato presidencial.
Sí, Monreal “enseñó el cobre” y –para complacer al tirano López–, propuso juicio político contra las y los valientes ministros de la Corte
Frente a eso, juristas como Diego Valadés se dijeron sorprendidos por la persecusión contra la Corte y, al final, vieron lo que siempre estuvo a la vista de todos; que desde 2017 AMLO no es más que un vulgar dictador.
Así reaccionó Diego Valadés ante el acoso al Máximo Tribunal: “El líder de la mayoría en el Senado amenaza con someter a juicio político a los integrantes de la Corte. Según ese criterio (de juicio político) las sentencias quedan a satisfacción de los sentenciados, como en las dictaduras”.
¿Y qué significa lo anterior? ¡Qué santones del derecho por fín le dicen pan al pan y vino al vino; al final reconocen que Obrador es un dictador!
Pero esa no es novedad. Lo cierto es que desde julio de 2017 aquí dimos santo y seña de la dictadura que sería un gobierno de AMLO. ¿Lo dudan?
En el Itinerario Político del 16 de julio de 2017, titulado: “¡Escucha Maduro! ¿Entiendes Andres?”, comenté el plebiscito opositor en Venezuela, realizado en esos días, que concluyó con un repudio total al dictador.
Así lo dije: “A querer o no, Venezuela es hoy el mejor ejemplo de la tragedia que viviría México bajo un gobierno populista y golpista como el que propone Obrador… y la dignidad y tenacidad de los venezolanos al enfrentar con uñas y dientes al dictador Maduro, son una lección formidable para muchos mexicanos ciegos y sordos ante los peligros del populismo que representa López”. (Fin ce la cita)
Volví al tema en el Itinerario Político del 14 de diciembre de 2017, titulado: “Morena, la dictadura perfecta”, a propósito de las señales evidentes de que AMLO se convertiría en un satrapa como los de Venezuela y Cuba.
Dije que el oposistor partido Morena, fracasaron en el combate a la “dictadura perfecta”, dibujada por Mario Vargas Llosay que eran peores.
Y explique que el mejor ejemplo era Morena.
Así lo dije: “Por ejemplo, la diputada federal por Morena, Miriam Judith Gonzáles, de Minatitlán, Veracruz, renunció a la militancia de Morena ya que, dijo, el partido de López Obrador es una dictadura.
“Así lo explicó la diputada: “En Morena hay una gran incongruencia, pues en público tienen un discurso y, en privado, actúan distinto. No podemos disentir de la agenda nacional que construyen unos cuantos porque el interés principal no es el nuestro (de los representantes populares y sus representados) sino de quien lidera el partido (Morena).
“No se puede pensar distinto al interior de Morena, porque la amenaza de ser sancionados o expulsados alcanza a todo aquel que vaya contrario a la línea que dicta el líder nacional. Por todo lo anterior informo mi decisión de separarme del grupo legislativo de Morena”.
“Es posible que el anterior testimonio no sea suficiente para muchos de los aplaudidores y defensores de AMLO a ultranza.
“Sin embargo, existen otras pruebas demoledoras… como la convocatoria para elegir a 3 mil 415 candidatos que competirán en todos los cargos de elección popular en el proceso de 2018 y que establecen: “Queda estrictamente prohibido que los candidatos realicen acusaciones públicas contra el partido, contra sus órganos de direcciones o contra otros aspirantes”.
¿No es una dictadura el Partido Morena? Al tiempo” (Fin de la cita)
El 3 de abril de 2018, en el Itinerario Político titulado: “La dictadura que viene”, dije que “todo el aparato lopezobradorista trabaja en crear las condiciones para dar el primer paso a una dictadura como la venezolana, en México. ¿Y cuál es ese primer paso? Un ataque sistemático a las libertades fundamentales; una de ellas la libertad de expresión.
“Y una primera evidencia la vimos en días pasados cuando Federico Arreola, propietario de El Sendero del Peje, “dictó línea” para que todo el país entienda quienes son los periodistas, articulistas, columnistas y opinadores “buenos y malos” y que según el principal lacayo de AMLO, deben ser leídos o atacados. ¿No fueron esos los primeros signos de las dictduras de Castro y Chávez?”. (Fin de la cita)
Días después, el 30 de abril del mismo 2018, el Itinerario Político se tituló así: “La dictadura ya está aquí”. En esa ocasión realice un recuento de hechos que muchos mexicanos se negaron a ver y que no eran más que pruebas de que López y Morena son un grupo fascista y dictatorial.
¿Y qué creen que ocurrió días despues?
Sí, AMLO lanzó la más demencial campaña de difamación y calumnia contra Ricardo Alemán, a quien la puerta la prensa, la radio y la televisión de casi todo el país le cerraron la puerta a causa de la presion de AMLO.
Aún así, volví al tema el 10 de julio de 2018 –días después de la victoria de López–, con el Itinerario titulado: “¡La dictadura va…!”, en donde advertí del peligro dictatorial de “las mañaneras”.
Así lo dije: “Al utilizar una “Cadena Nacional” diaria a través de los medios, el nuevo presidente convertirá a la prensa en su principal adversario y competidor –especialmente a la prensa crítica–, a la que combatirá a través de sus mensajes directos mediante la radio y la televisión.
“¿Quién, entre las grandes cadenas privadas de televisión y radio, se atreverá a decir “no” al presidente que tiene el poder absoluto? Volveremos al tiempo del grosero culto al Presidente. Y ay de aquel que se niegue a complacerlo porque será considerado enemigo del régimen y será tratado como tal. ¿Se prepara o no una dictadura?” (Fin de la cita)
Otra vez el tiempo me dio la razón.
Por último, los días 26 y 27 de noviembre de 2018, a horas de que AMLO asumiera el cargo de presidente, realice una detallada revisión del “programa de gobierno” de Obrador, en dos entregas del Itinerario Político tituladas: “Confesiones de un dictador”.
En la entrega del 27 de noviembre, detallé la peligrosa propuesta de crear una Guardia Nacional, que no era más que la militarización al estilo de la Guardia Nacional Boliviariana de Venezuela.
Así lo dije: “De todas las propuestas de AMLO la más peligrosa es la creación de una “Guardia Nacional”… dicha “guardia” podría utilizar “los recursos materiales” del Ejército y la Marina “con el propósito de garantizar la seguridad de los mexicanos y serenar al país”.
“Llama la atención la ambigüedad de los objetivos para los que AMLO crearía tal corporación: ¿A qué se refiere por “serenar al país”? ¿Para qué una “Guardia Nacional” si contará con el Ejército, la Marina, la Policía Federal y la Gendarmería; creará una “policía militar” que bajo su mando, le permitirá disponer de militartes y marinos pasando por encima de los secretarios de la Defensa y de la Marina”. (Fin de la cita)
Sí, de nuevo el tiempo me dio la razón. Y es que siempre estuvieron ahí, a los ojos de todos, las evidencias de la dictadura de López Obrador.
Y quien lo niegue miente.
Al tiempo.