Hablando en serio
¿Qué significa que López Obrador se pronuncie, de manera pública, a favor de “pactar la paz” con las bandas del crimen organizado?
¿Qué significa que el presidente mexicano diga que las bandas criminales “nos respetan” en pueblos y rancherías?
La respuestra es elemental; se trata de una confesión de parte; de la confesión de una alianza de su gobierno con el crimen organizado.
Pero en el fondo se trata de la legitimación, como política de Estado, del eslogan “engañabobos” conocido como “abrazos, no balazos”
Es decir, al avalar una “pax narca” entre el gobierno federal y sus aliados criminales, Obrador otorga carta de naturalización a la alianza que, de facto, mantiene su presidencia, su partido y sus gobiernos municipales, estatales y el federal, con las mafias.
En los hechos, lo que propone el presidente –a manera de respuesta a preguntas sembradas en la mañanera de ayer–, es que en la “pax narca” sí y sólo sí legitimará al “narco-estado”, a su “narco-gobierno” y, en especial, a las “narco-elecciones” de Morena.
Pero lo más peligroso de la confesión de AMLO es que la formula justo a cinco días de las elecciones mexiquense; proceso electoral en donde el crimen será el poder factico que realizará el fraude a favor de Morena.
Sí, apenas el pasado 18 de mayo, en el Itinerario Político titulado: “Con Delfina, Edomex será un “narco-gobierno”, documenté los intríngulis del fraude que pareparan las bandas criminales en la entidad mexiquense.
Pero no, que nadie se equivoque, tampoco se trata de la primera “narco-elección” de la historia.
Por ejemplo, en el Itinerario político del 13 de octubre del 2020, titulado: “El crimen organizado hará fraude en la elección del 2021”, detalle el peligro latente de que en la mayor elección de la historia, el crimen organizado pudiera meter la mano en las urnas.
Así lo dije: “La contienda electoral del 2021 podría ser la elección en la que participen, con mayor intensidad los tentáculos criminales. Y es que hoy las bandas mafiosas son parte pública de la vida nacional; dueños de gobiernos estatales y municipales; de puestos de elección popular en congresos locales, en el Congreso de la Unión, y hasta son amigos del presidente.
“Y el caso emblema es el de “El Chapito”, Ovidio Guzmán. Por eso, hoy la pregunta no es si los “barones del crimen” participarán en las elecciones del 2021. No, la verdadera interrogante es: ¿favor de qué partido político jugarán sus cartas, tanto políticas como económicas los barones del crimen?
“Y es que las principales bandas criminales jugarán a favor de los candidatos del partido oficial, de Morena, en alianzas con gobiernos estatales, municipales pero, sobre todo, aliados al gobierno federal.
“¿Y por qué la certeza de que se producirá una alianza electoral entre el gobierno de López Obrador y el crimen organizado en las proximas elecciones?
“Porque no sería la primera ocasión en que López acude a una alianza con el crimen en tiempos electorales. En realidad los ejemplos abundan.
“1.- Como ya dijimos, el caso embclema es la alianza de Obrador con el jefe visible de “El Cartel de el Chapo”; Ovidio Guzmán, a quien el mismísimo presidente ordenó liberar como pago por el presunto financiamiento a Morena.
“2.- Pero en donde son contundentes las pruebas de que AMLO entregó una candidatura a un grupo criminal –a cambio del financiar a Morena, en mayo de 2012 –, es en Iguala, en donde el hoy presidente impuso de manera personal al candidato del entonces PRD, José Luis Abarca –jefe del grupo criminal Guerreros Unidos–, como candidato a la alcaldía de Iguala.
“3.- Y los ejemplos se pueden consultar en el Itinerario Político del 28 de marzo de 2018, titulado “El narco con AMLO”, en donde se desmenuzan los vínculos del hoy partido oficial y del Obrador con presuntos criminales como Rigoberto Salgado, de Tláhuac; Ricardo Gallardo, de San Luis Potosí; Miguel Ángel Almaraz, de Tamaulipas; Julio César Godoy Toscano, de Michoacán y Gregorio Sánchez, de Quintana Roo, por citar a los más populares.
“Por eso obligan las preguntas. ¿En cuantos municipios del país; en cuantos distritos electorales y en cuantas entidades federativas –en las que habrá elecciones–, el jefe político, el jefe real de plaza y/o “el mandamás”, es un personaje vinculado a Morena y, al mismo tiempo, al crimen organizado?
“¿Cuántos votos, en la contienda federal del 2021 –para renovar la Cámara de Diputados y los 15 gobiernos estatales–, serán producto de la presión, el chantaje o la amenaza criminal?”. (Fin de la cita)
¿Y qué creen que pasó en la elección más grande de la historia en México? Sí, el “narco” metió la mayo a favor de Morena.
En el Itinerario Político del 24 de junio del 2021, titulado: “¡Se los dije, fue una narcoelección!”, lo expliqué de la siguiene manera: “Son contundentes las evidencias de que el Cártel de Sinaloa metió la mano en Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit.
“Son apabullantes las evidencias de que en Guerrero y Michoacán las elecciones fueron manoseadas por el grupo criminal (CJNG) y que en Ciudad de México, en especial e Tlahuac e Iztapalapa, el Cartel de Tláhuac hizo ganar a Morena. Además de que no existe duda de que en San Luis Potosí el crimen organizado hizo ganar al candidato del Partido Verde, Ricardo Gallardo.
Sí, se los dije, Morena es un narcopartido y sus gobiernos están al servicio de las bandas criminales” (Fin de la cita)
¿Aún dudan que los aliados del gobierno de López Obrador, los capos del crimen, no meterán las manos en las elecciones del estado de México y de Coahuila?
Ya no hay lugar para la duda y menos para la ingenuidad.
Al tiempo.