Presidenta hágase cargo/Alejandro Moreno
Caníbales políticos quieren apoderarse de la sucesión
La antropofagia respira por todos lados como tesis, y se trata de confirmar en propios y extraños, cuando se descubren datos sobre el consumo de carne de sus iguales, de parte de antiguos ancestros. Por fortuna importantes antropólogos como W. Arens, han negado esta generalidad, cuando a otro nivel nos abruma ahora la destrucción humana por humanos, sin que necesariamente sea para devorarla. El canibalismo político que para unos puede ser la muerte en vida, se ha expuesto en muchos niveles en los últimos tiempos cuando está en juego “la grande”. No tiene nada que ver la pertenencia a una corriente, porque lo que subyace es el interés personal de quien quiere ser y de quien por su poderío, lo impulsa. En la 4T se ha tratado de paliar la intervención desde arriba, aunque está presente, pero el esquema utilizado de encuestas puede dar resultado, si bien ya alguno de los integrantes seleccionados, Ricardo Monreal, ha dicho que el resultado no es vinculante. Cosa absurda. En el caso de la oposición cuyo estruendo desparramó militantes, se puso en marcha la antropofagia política con solo presentar el proyecto. La salida de varios minimizó a presuntos y puso en manos de un poderoso Claudio X. González, parte del futuro del país. Ni Silvio Berlusconi recientemente fallecido tuvo el control que el chilango ha tenido sobre su raza. Hecho que comprobó la presencia dominadora no solo del presunto jerarca, sino la dependencia de los que pululan en su entorno, servilmente.
EL CANIBALISMO POLÍTICO SE ESCONDE TRAS LA AMBICIÓN, PERO SE CAPTA
Los que se salieron antes de la presentación del plan opositor, los que no asistieron y los que piensan buscar nuevos acomodos, tuvieron claro que ya hay un proyecto definido en el dueño de ese plan. Los partidos solo sirven como pantallas legales. El presidente AMLO ya dijo que González nombrará él mismo al candidato y columnistas han mencionado al amigo cercano del mandamás, Gustavo de Hoyos, como el presunto. Las mujeres que soñaban con ser presidentas opositoras como Xóchitl Gálvez y Lily Téllez, tendrán que modificar sus proyectos y Santiago Creel que días antes se pavoneaba de ser puntero gracias al apoyo markista, debe estar estupefacto ¿Y cual es la actitud de Alejandro Moreno Alito que confiaba en ser el que quedara en un arrebato de esos famosos que el PRI suele dar? Devorados por el que se ha hecho rico con el papel del baño, como lo recalcó el cartonista Rocha el pasado 27 de junio, seria impropio recordar completo aquel viejo chiste del despechado joven que les gritó risible epíteto, a quienes giraban en torno de ese producto.
EL VERDADERO CANIBALISMO, UNA FORMA DE DENOSTAR COMUNIDADES
Gran impacto causó en el mundo antropológico, la salida del libro del antropólogo de la Universidad de Nueva York, W. Arens, El mito del Canibalismo. Antropología. Antropofagia editado por primera vez en español en 1981, por Siglo XXI S.A. No había una negativa de la existencia de esa costumbre, si no la aseveración de que había dudas profundas sobre el caso. La información de los que aseveraron a lo largo de los siglos esa existencia, incluso desde la propia Antropología, lo hicieron por relatos de segunda o tercera mano. De acuerdo al autor, en muchos casos se hizo para desprestigiar a sectores indígenas, ancestros como los que fueron dominados por los españoles en México, en cuyos sacrificios se mencionaba la antropofagia. En seis capítulos se van definiendo los casos tratados y asegurados por antropólogos y en algunos de ellos va apareciendo el tema como mito no comprobado y adjudicado por lo general a seres desvalidos en los que los invasores creían tener superioridad sobre ellos. Arens publica 10 páginas de bibliografía donde da a conocer todo eso a través de multitud de autores. Eso lo hemos visto los mexicanos respecto a nuestros ancestros, por lo general señalados por los españoles como sanguinarios y dados a sacrificios humanos. Incluso pusieron a nuestros propios dioses terribles cualidades de sangrientos y destructores, como el caso del dios Huizilopochtl