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MORELIA, Mich., 5 de julio de 2023.- En las últimas dos décadas, el uso de combustibles provenientes de fuentes orgánicas como la biomasa y residuos orgánicos, también llamados biocombustibles, se ha incrementado debido a las limitadas reservas de petróleo, la seguridad energética, la creciente preocupación medioambiental por el aumento del cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, la producción de biodiésel no es algo nuevo, ya que la idea de utilizar aceite vegetal como combustible comenzó en 1895 cuando Rudolf Diesel desarrolló el primer motor diésel que funcionaba con aceite vegetal (aceite de cacahuate). Señala un artículo científico que, no obstante, el descubrimiento de nuevos yacimientos de petróleo y la subsecuente disminución del precio de la gasolina provocaron que este biocombustible se dejara en el abandono.
El auge del biodiésel a nivel mundial se explica por el hecho de que es un combustible renovable y respetuoso con el medio ambiente. Otras ventajas técnicas y medioambientales, en comparación con el diésel de petróleo, son su mayor eficacia de combustión, menor contenido de azufre e hidrocarburos, su mayor índice de cetanoa, mejor biodegradabilidad y su mayor punto de inflamación.
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