Poder y dinero
La presentación de la propuesta del grupo Méxicolectivo dejó ver con claridad que Movimiento Ciudadano en los hechos está al lado-junto-dentro el proyecto neoliberal de la coalición PRIANREDE y la larga lista de aliados a la derecha ideológica y que su distanciamiento es sólo estrategia para agandallarse posiciones.
El documento final presentado el lunes mostró que Méxicolectivo le había puesto una trampa a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano cuando lo invitó al lanzamiento del grupo, pero no para reconocer su figura promotora de la democracia sino para sumarlo con engañifas al bloque conservador, aunque la astucia del michoacano oteó la treta y se salió de manera pública.
La presentación de la plataforma de Méxicolectivo estuvo encabezada nada menos que por Dante Delgado Rannauro y el exrector universitario José Narro Robles, una de las figuras destripadas del PRI que nunca pudo colocarse en la estructura burocrática para conseguir cargos públicos y que paulatinamente se salió del tricolor sin perder su pensamiento priista.
Lo mismo ocurre con el autodenominado Frente Cívico Nacional, impulsado por el experredista destripado Guadalupe Acosta Naranjo y que tiene como presidenta de su Consejo Nacional a Cecilia Soto González, una política vinculada al PRD, pero autopresentada como ciudadana.
Y para cerrar el círculo de alianzas, el colectivo Unid@s se formó con otros políticos destripados en el PRI, el PAN y el PRD para aparentar una supuesta ciudadanización en membretes que se presentan como ciudadanos sin partido, pero formados dentro de los partidos.
La incapacidad organizativa de los tres partidos de oposición con registro legal ha propiciado la atomización ciudadana en agrupaciones que resultan sólo ser membretes de intereses políticos y que tienen el objetivo central de conseguir cargos públicos en el próximo gabinete o en el reparto de candidaturas al congreso.
Movimiento Ciudadano ha estado engañando como una posición plural, pero sólo responde a los intereses de su fundador y hombre fuerte, el expolítico priista Dante Delgado Rannauro, gobernador priista interino de Veracruz cuando sustituyó en 1988 a Fernando Gutiérrez Barrios al ser llamado por el presidente Salinas de Gortari como secretario de Gobernación.
En este contexto, la oposición ha carecido de una propuesta alternativa formal, coherente e integradora y se ha atomizado en membretes colectivos individualistas –valga el oxímoron– que presentan documentos teóricos sin fundamento programático para encontrar el camino de México hacia la felicidad, aunque manteniendo de manera inevitable el perfil de la política social que diseñó el PRI en la reforma constitucional de 1947 nada menos que del presidente Miguel Alemán para poner el bienestar social por encima de la democracia –reforma el tercero constitucional– y con ello dándole el fundamento histórico y basamento popular al sistema político priísta autoritario, pues convirtió al asistencialismo presupuestal en uno de los pilares del sistema/régimen/Estado, y la continuidad de ese modelo de asistencialismo autoritario ya fue anunciado por el flamante redactor del plan de gobierno de Xóchitl Gálvez, el economista neoliberal José Ángel Gurría Treviño, como eje central de la propuesta antilopezobradorista.
Lo único malo de estas propuestas de los diferentes grupos y colectivos de oposición es que están diseñados por exfuncionarios muy bien localizados de los gobiernos de Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, aunque otros políticos formados en esas administraciones también se pasaron primero al PRD y luego a Morena.
De ahí el mensaje final: no hay una propuesta real a la crisis nacional y todas las que circulan son una mezcla en mayor o menor medida del viejo populismo priista y el antisocial neoliberal salinista.
Política para dummies: La antipolítica es el arte de la memoria.