Historias Surrealistas/Javier Velázquez Flores
A pesar de la larga lista de grupos, organizaciones y membretes que han surgido como hongos de temporal alrededor de la figura de la senadora Xóchitl Gálvez, el alma y eje rector de la oposición está representado por el PAN de los bárbaros del norte de Manuel J. Clouthier, del plan neoconservador de la Carta de Madrid firmada por panistas con el ultraderechista Vox de España y de los guardianes ideológicos y económicos del neoliberalismode Carlos Salinas de Gortari.
La troika PRIANREDE está subordinada a los intereses del motor de la coalición neoliberal: Claudio X. González y el bloque ideológico, político y de seguridad nacional que está colocado a la derecha del escenario mexicano, y los tres dirigentes de los partidos se van a quedar con el pastel de las candidaturas legislativas, estatales y municipales.
La senadora Gálvez le cayó a la alianza derecha-neoliberal-ultraderecha conservadora como anillo al dedo por su posicionamiento casi inmediato como la figura mediática contrastante con el presidente López Obrador. Pero se trata sólo de un efecto mediático por su máximo alcance como contestataria, respondona y rezongona, pero dejando la definición del proyecto político-económico-geopolítico al Señor X., a los ideólogos del neoliberalismo salinista: José Ángel Gurría Treviño como representante del poder económico transnacional e Ildefonso Guajardo como encargado de garantizar de firmar el Tratado de Comercio Libre 2.0 con los intereses de dominación estadunidense y a la clase media que repudia al populismo lopezobradorista.
Aunque no se nota en el escenario público, la mano manipuladora del expresidente Salinas de Gortari sí ha tenido algunas expresiones muy directas a través de periodistas e intelectuales que formaron parte de su bloque de poder, además de la representación salinista de Gurría Ordóñez como el encargado de redactar el plan económico de la senadora Gálvez, en tanto que el político e ideológico ya fue terminado por el Señor X.
Lo que se disputa en la oposición frentista es la figura representativa del proyecto neoconservador. Santiago Creel Miranda y Enrique de la Madrid Cordero vienen del neoliberalismo, en tanto que el chuchista Miguel Ángel Mancera y la priista Beatriz Paredes Rangel sólo representarían una versión grotesca de la vieja política priista populista acomodaticia que está al servicio de los intereses de la corriente neoliberal.
Los mensajes conminando a los pre-precandidatos frentistas a declinar a favor de la imagen mediática y rezongona de la senadora Gálvez vienen de esas posiciones periodísticas e intelectuales del salinismodesprestigiado por el asesinato de Luis Donaldo Colosio.
La circunstancia mediática ha facilitado la venta del proyecto ideológico del bloque neoconservador: el aspiracionismo como definición de proyecto social, no tanto como viable en una economía mixta, sino visto como una exclusión de los sectores sociales no propietarios que dependen de los subsidios asistencialistas. La senadora Gálvez se presenta como una tipología de este escalamiento social: comenzar vendiendo gelatinas y terminar como empresaria millonaria, contratista del Gobierno y beneficiaria de las mieles del poder con concesiones logradas como política y funcionaria.
El discurso del presidente López Obrador sobre el conflicto político en la sucesión presidencial de 2024 no parece agotarse en la popularización de ánimos, sino que se ha planteado el objetivo de crear un escenario de disputa ideológica, económica y de objetivos presupuestales. Fox, Calderón y Peña Nieto mantuvieron una política social indispensable que no modificó de estructura riqueza-pobreza, pero privilegiaron el modelo neoliberal de empresarios acción de las políticas públicas y facilitaron la de la economía a los intereses de EU que había entregado el Tratado de Salinas de Gortari.
La clave del bloque opositor estará en el cargo que logre para sí el Señor X como guardián del proyecto de refundación neoliberal y el verdadero poder detrás de la Silla del Aguila.
Política para dummies: La política está en las disputas de clase, no en los periodicazos.