Nuevas tecnologías para fiscalizar
¡La “dedoencuesta” premia la complicidad!
Miente quien diga que adivinó el resultado de la “dedoencuesta” de Morena para elegir al candidato de los rojos al Gobierno de la Ciudad de México.
Y miente porque nadie, salvo el dueño de Morena, es capaz de adivinar la tendencia de la encuesta. Y es que resulta tan poderosa la influencia del prócer “moreno” que -no solo adivina el futuro-, sino que conocía la voluntad de los capitalinos, antes incluso de que se levantara la consulta misma.
En el fondo el problema ya no es saber quién saldrá con la victoria de la “dedoencuesta” y tampoco importa quién es y qué tan seria resulta la empresa que levantó el muestreo; y menos importan la metodología y el costo.
No, el problema es que a estas alturas, muy pocos, si no es que nadie, le da crédito a la encuesta. Más aún, es tal el escándalo que los propios empleados de la rentable empresa familiar llamada Morena, las plumas a sueldo y los opinadores a modo han cuestionado la doble moral exhibida en el caso de la encuesta que prometió Morena para la selección del candidato a jefe de Gobierno de la CdMx.
Y es que en cualquiera de las hipótesis posibles sobre el potencial resultado de la “dedoencuesta”, Morena se habrá dado el “tiro de gracia” frente a la confianza y la credibilidad de los capitalinos. ¿Por qué?
Porque sea Claudia Sheinbaum la ganadora o sea Ricardo Monreal el triunfador, lo cierto es que la candidatura resultante tendrá una severa carga de ilegalidad, imposición e ilegitimidad.
¿Quién, en su sano juicio, creerá que la delegada de Tlalpan -por Morena- resultó ganadora cuando, en los hechos, todos sabían que la señora Claudia es “el dedo chiquito” de AMLO para el gobierno de la Ciudad de México; cuando todas las encuestas serias dan por victorioso a Ricardo Monreal; cuando no existe una sola encuesta que dé como ganadora a la señora Sheinbaum?
En el otro extremo, ante la posibilidad remota de que la “dedoencuesta” le dé la victoria a Ricardo Monreal, el mensaje para la sociedad toda, para los fanáticos “morenos” y para los adversarios de Morena es que AMLO es un jefe de partido “debilucho” que ya no tiene la fuerza para imponer -siquiera- a su alfil en la candidatura de Morena para la ciudad capital.
Dicho de otro modo, que el escándalo por la “dedoencuesta” creció tanto y se salió de control que hoy lo último que importa es quién resultará agraciado con la victoria. Hoy lo que importa es la forma en que el ganador podrá explicar a los votantes su origen y si aplicará un efectivo control de daños.
Y es que el “dedocandidato” -producto de la “dedoencuesta”- llegará a la contienda por el gobierno capitalino tocado por el descrédito, el escarnio y la nula credibilidad. El escándalo es y será tal que los adversarios podrán montar con toda facilidad una campaña contra “el dedo del señor”, que podría significar la caída del candidato.
¿Quién creerá en un “dedocandidato” surgido de una “dedoencuesta” de la que nadie sabe nada; qué empresa la realizó, cuál fue la metodología, quién la financió, cuánto costó y, sobre todo, si no es una encuesta a modo? Ya no creen en la “dedoencuesta” ni los más fanatizados “morenistas”.
Pero la verdadera pregunta -recurrente- está en otro lado. ¿Por qué el empeño de AMLO en que la candidata de Morena y potencial jefa de Gobierno de la capital del país sea la señora Sheinbaum? ¿Será un asunto solo de lealtad, amistad o afinidad?
No. En los hechos, el “dedocandidato” será una grosera “tapadera” de las trapacerías cometidas por los gobiernos del PRD en los que AMLO tuvo el control de la capital del país; los de 2000 a 2012. El “dedocandidato” y luego jefe de Gobierno de la CdMx será tapadera de una década de raterías del PRD, de AMLO y de Marcelo Ebrard, en la Ciudad de México. ¿Por qué?
Porque si nos asomamos al verdadero fondo de la ciega preferencia de AMLO por la señora Claudia, veremos que la jefa delegacional de Tlalpan fue la responsable de los segundos pisos del Periférico y conoce -como pocos- dónde se cometieron las raterías. ¿Cuántos miles de millones esconden?
Pero además, la señora Sheinbaum también pretende ser impuesta como jefa de Gobierno de la capital del país para tapar otros escándalos como los de la Línea 12 del Metro, en donde Marcelo Ebrard tiene una gran responsabilidad.
¿Se imaginan a un jefe de Gobierno de la CdMx que no sea de Morena; imaginan a un filo priista como Ricardo Monreal?
La Ciudad de México es no solo una de las más importantes reservas de votos para 2018; es un seguro de vida para políticos como AMLO y Marcelo Ebrard.
Por eso requieren mucho más que incondicionalidad, requieren complicidad.
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