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CIUDAD DE MÉXICO, 25 de agosto de 2017.- En el supuesto de que Estados Unidos abandone el TLC, México se vería obligado a diversificar su comercio, disminuir la dependencia histórica del mercado estadounidense y escapar, o al menos alejarse, del “campo gravitacional” geopolítico de EU, advirtió Eduardo Rosales Herrera, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán.
El académico de la UNAM señaló que la salida del país vecino, si bien implicaría un fuerte impacto para la economía mexicana, no significaría una catástrofe; además, lo más probable es que el acuerdo continúe porque las economías de los países están integradas.
El tema es cómo se va a negociar. En la conferencia de prensa ¿Tiene futuro el Tratado de Libre Comercio de América del Norte?, Eduardo Rosales Herrera, sostuvo que, a 23 años de la entrada en vigor del acuerdo, y reconociendo el aumento del comercio en la región, se debe señalar que la competitividad de los productos mexicanos está sustentada en los bajos salarios que perciben los trabajadores.
Las autoridades mexicanas, consideró Rosales, deberían hacer una autocrítica y reconocer que no es posible seguir sacrificando al trabajador mexicano ni “continuar con una política salarial que paga sueldos de miseria”.
Mientras que en EU el poder de compra de los trabajadores desde 1994 se ha incrementado 34 por ciento, y en Canadá 38 por ciento, en México se ha reducido en cuatro por ciento, precisó el universitario.
Así que ni éste ni un nuevo TLC cambiará las asimetrías entre ambas naciones; la nuestra es una economía 20 veces menor que la estadounidense, postagrícola, mientras que la Unión Americana está en la era postindustrial.
En este contexto, subrayó, más vale que el equipo negociador mexicano esté listo para levantarse de la mesas de las negociaciones ante un titular del Ejecutivo estadounidense acostumbrado a intimidar y a imponer sus condiciones.