Claudia Sheinbaum presenta la Nueva Agencia de Transformación Digital
CDMX. 13 de septiembre, 2017.- La problemática educativa en México, se refleja en los bajos índices de calidad, de acuerdo a los estudios nacionales e internacionales. Estos resultados se obtienen de la prueba PISA, realizada por Organización de Cooperación de Desarrollo Económico, OCDE, los cuales establecen que más del 50 por ciento de los alumnos evaluados no cuentan con las “habilidades, la pericia y las aptitudes […] para analizar y resolver problemas, para manejar información y para enfrentar situaciones que se les presentarán en la vida adulta y que requerirán de tales habilidades”.
Ante esta realidad el presidente Enrique Peña Nieto estableció en su primer discurso presidencial la urgencia de una serie de reformas estructurales entre las que destacó una reforma al Artículo 3, sustentado en la premisa de que “una nación basa su desarrollo en la educación”. Una vez alcanzado el consenso político a través del Pacto por México, el 10 de diciembre del 2012 presenta iniciativa de reforma constitucional en materia educativa destacando la creación del Servicio Profesional Docente (SPD); la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) como órgano autónomo y la creación del sistema educativo nacional, con el objetivo principal de asegurar la idoneidad de los conocimientos de los docentes a través de concursos de oposición y evaluaciones obligatorias.
Al paso de cuatro años de reforma educativa, la Secretaría de Educación Pública (SEP) se presentó por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el reporte anual titulado: Panorama de la Educación 2017, la OCDE en el que destaca que México ocupa el último lugar entre los países que dieron acceso a la educación superior a personas mayores de 25 años.
La cifras del reporte ilustran el deterioro que vive el país en materia educativa y social: solo el 17 % de los mexicanos de entre 25 y 64 años ha cursado educación superior, lo que convierte al país en el último entre los miembros de la OCDE en este ámbito. Además, se ubica a México 20 puntos porcentuales debajo del promedio de los países miembro (37 %) en cuanto a personas con educación superior, aunque por encima de países socios como Brasil (15 %) y China (10 %). En comparación con los miembros de la Organización, México es uno de los países en los que tener o no educación superior hace una mayor diferencia en cuanto al salario. Los adultos con un título de educación superior ganan “en promedio más del doble” que aquellos que solo cuentan con estudios medios superiores. Únicamente en Chile esta diferencia de ingresos es superior.
De acuerdo con la publicación, se han registrado avances en la incorporación a la educación inicial. En 2005, el 68 % de los niños mexicanos de cuatro años estaban matriculados en preescolar, y diez años después, el porcentaje aumentó al 89 %, es decir, por encima del promedio de la OCDE, de 87 %. No obstante, “las tasas de matriculación entre otros grupos de edad siguen estando rezagadas con respecto de la mayoría de los países de la OCDE”.
Por ejemplo, en 2015 el 46 % de los niños de tres años estaban matriculados en la educación inicial, por debajo del promedio de 78 %. Según el documento, la OCDE dos de cada 10 adultos mexicanos han tenido acceso a estudiar una carrera universitaria, el promedio más bajo para los países afiliados a la OCDE. México continúa como una de las naciones con una mayor cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan, al ocupar el octavo lugar, destaca el reporte del organismo que es sin proponérselo una radiografía de la inequidad que vivimos.