Consolida Quadratín presencia en 19 estados durante Cumbre en Acapulco
SAN MARCOS, Gro., 16 de septiembre de 2017.- A los pobladores de la comunidad del Tecomate Pesquería, de este municipio, el huracán les cayó de sorpresa, además de que pensaron que se trataba de un tornado por los fuertes vientos que sacudían las palmeras y arrancaban los árboles.
Los habitantes aseguraron que nadie les avisó de la magnitud del meteoro ni cómo impactaría, razón por la que no se salieron de sus casas, no aseguraron sus pertenencias y animales, y no abrieron la barra, lo que provocó que la comunidad se inundara y que hasta el momento no ha sido abierta en su totalidad porque ninguna autoridad les ha ayudado.
Además de que los ganaderos no quieren que sea abierta porque así pueden conservar los matorrales en los que pastan sus vacas, “sin importarles que sigamos inundados”, lamenta un vecino que se niega a desalojar su casa.
Para llegar a Tecomate Pesquería se toma una camioneta en la entrada de San Marcos, que tarda entre 20 y 30 minutos, pero las fuertes ráfagas de viento derribaron la mayoría de los árboles grandes, viejos y muy pesados, los cuales obstaculizan la carretera y sólo un carril quedó habilitado para el tránsito.
La comunidad se quedó sin electricidad desde el jueves, ya que además de árboles y ramas, los vientos de Max también tiraron postes de concreto y líneas de cables, pero trabajadores de la Compañía Federal de Electricidad ya se encontraban laborando para restablecer el servicio lo más pronto posible. Pese a esto, los pobladores se negaban a dejar sus viviendas.
“Este es mi hogar, aquí vivo”, “¿A dónde me voy a ir? No tengo otro lugar, no conozco a nadie en el albergue, en San Marcos ya no tengo familia”, o “Estoy cuidando porque no se vayan a meter a robar”, decían algunos vecinos para justificar por qué seguían en las calles inundadas, donde en algunas partes el agua les llegaba hasta las rodillas y en otras hasta el pecho.
A pesar de la situación, los niños siguen jugando, se divierten con la inocencia que los caracteriza, entre el agua de la lluvia y de los arroyos que bajó de los cerros, o la de las calles de San Marcos que se juntó con la laguna. A ellos no les importó y se bañan sin que nadie se los impida.
Los animales, en su mayoría cerdos, caminan por el agua en busca de comida, mientras otros aprovechan para comer los desperdicios y la basura que arrastró la lluvia.
Por otra parte están las familias completas que decidieron abandonar sus hogares, y tuvieron que hacerlo en canoas, el único medio de transporte efectivo en esta situación, en los que también iban a bordo perros, las fieles mascotas que permanecieron con sus dueños durante el paso del huracán.
En un recorrido realizado por Quadratín Guerrero se conocieron las historias de tristeza, como la de la ama de casa que decidió salirse de su casa porque temió por su vida, pero regresó a cuidar que no le roben, la del habitante que primero sacó y puso a salvo a su hija y esposa, pero volvió para cuidar que el techo de lámina de asbesto no se rompiera o se levantara, en vano porque el viento no respetó y hasta una palmera le tiró encima, provocando la tristeza y que rodaran las lágrimas, ya que no podrían regresar a dormir.
Los pobladores de Tecomate Pesquería piden ayuda de los tres niveles de gobierno y a los ciudadanos guerrerense, ya que no tienen comida ni ropa, además de que la leña con la que mayoría de la gente cocina está mojada, además de que las pocas cocinas no funcionan porque están completamente inundadas y los tanques de gas se los llevó el agua.
Policías estatales recorrieron el pueblo e invitaron a los vecinos a trasladarse al albergue de la secundaria federal número 2 Defensores de la República, en San Marcos, pero fueron muy pocos los que accedieron y muchos más los que prefirieron permanecer en sus casas afectadas.