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TLAXCALA, Tlax., 21 de julio de 2024.- Don Eron Arciniega Salazar encontró en el “oficio de San José” la actividad ideal para continuar su misión de vida. Emocionado, dice que a sus 76 años está fascinado con el trato que recibe en el Centro de Capacitación para Personas con Discapacidad (Cecapdif).
Se inscribió en el Taller de Carpintería para aprender a realizar trabajos en madera, porque, dice que es preferible estar aquí que estar en casa: “Me siento muy bien, de lujo. El maestro es muy bueno, paciente, atento, se encarga de escuchar nuestras dudas y las aclara, es un gran ser como ya hay pocos”.
A la fecha, don Eron cuenta que ya ha realizado algunas piezas que ha llevado a su casa y que le han chuleado sus hijas y nietos, quienes disfrutan verlo activo, contento y creativo.
Comparte que, hasta ahora, ha aprendido a redondear la madera, lijarla, pulirla y ponerla en regla. Eso ha implicado tener en sus manos herramientas manuales, como cinta métrica, ya que ningún trabajo de madera sale bien a la primera sin tomar medidas; el nivel de gota, escuadras, cincel, martillo, mazo, serrucho o sierra de mano, destornilladores y alicates.
Dispuesto a aprender todo lo que pueda, comentan que, en el taller, los materiales que emplean se los proporcionan de manera gratuita, lo que considera favorable para continuar elaborando artículos que en un futuro podrá comercializar para hacerse de un ingreso.
“Estos centros de capacitación son maravillosos. Hay muchísima gente que no tiene la oportunidad de estar en estos talleres tan buenos con todas las maquinarias nuevas; aparte, los instructores de mucha capacidad, que nos están enseñando”, comparte don Eron, quien, incluso, ya pensó que más adelante también le enseñará este oficio que aprende en el Cecapdif a sus hijas y nietos, pero mientras, tendrá que estar muy atento a las instrucciones del instructor.
De espíritu optimista y jovial, Arciniega Salazar recuerda que ingresar a los cursos que brinda el Cecapdif no tiene costo alguno y que quisiera ver a más personas como él, que continúa aprendiendo a sus casi ocho décadas de vida: “Vengan, no pierdan su tiempo. Es un centro de capacitación que es maravilloso, y los maestros tienen muy buena tolerancia y buenas enseñanzas”.