La renuncia digna de un ministro
Ya no hay resistencia.
La oposición, conocida como la conocemos pero humillada en junio pasado, ya no existe en el espectro político ni en el Congreso de la Unión.
Y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, última barrera de contención contra la reforma en su perjuicio, ha dejado de ser esperanza y opción.
Desglosemos los datos:
Cuando el 11 de septiembre los Miguel Ángel Yunes, Linares y Márquez, padre e hijo, se sumaron al oficialismo en la reforma judicial, se acabó la esperanza.
Por si ellos no bastaran, Movimiento Ciudadano prestó a su senador campechano Daniel Barreda con sospechosa ausencia para dejar vía libre a la alianza gubernamental.
Algo peor: pasan los días y la cooptación de supuestos opositores no tiene fin, a pesar del presunto compromiso suscrito antes de las postulaciones de los candidatos de PAN, PRI y PRD.
La más reciente adquisición de Palacio Nacional es la senadora Cynthia López Castro, quien con su ausencia incurrió en el síndrome de Daniel Barreda y se ausentó para facilitar la llamada supremacía constitucional de Morena, PT y Verde.
TRAICIÓN DE MINISTROS
Lo de la Corte es distinto.
El bloque opositor al gobierno, integrado por ocho ministros, no cumplió su palabra: ni prepara la anulación total de la reforma judicial ni se queda a enfrentar las consecuencias de sus actos.
Todos ellos optaron por acogerse a los beneficios -privilegios, les llama Arturo Zaldívar, a quien pagamos los causantes casi 200 mil pesos mensuales y le damos vehículos, guaruras y otras haberes por atacar y destruir a la Corte y en especial a su presidenta Norma Piña.
Todos se irán con “las alforjas llenas”, como dicen la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente senatorial Gerardo Fernández Noroña, quien inclusive amenaza con rechazar sus renuncias.
Ojalá lo hagan porque, como Arturo Zaldívar, han traicionado la confianza popular porque no defendieron la autonomía del Poder Judicial y prefieren irse con su dineral, frase presidencial.
¡VENGAN LOS HABERES!
1.- Salvo la ministra presidenta Norma Piña, registremos a quienes abandonan la resistencia del Estado de Derecho como está antes de la reforma:
Alberto Pérez Dayán, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Ana Margarita Ríos-Farjat, Juan Luis González Alcántara, Javier Laynez Pontisek, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
A Luis María Aguilar no lo incluimos porque él termina su período legal en diciembre y no lo tocan los plazos de los cambios constitucionales de renunciar a más tardar el 31 de octubre para preservar sus beneficios.
Privilegios, insiste en llamarles Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien goza de todos ellos, los critica para los demás y está incrustado en el gobierno de Claudia Sheinbaum con sus impulsos a la propuesta oficial.
Y 2.- el pleito con el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, ha regresado al origen lópezobradorista.
El gobierno de México reclama supuestos hechos sucedidos ¡en su territorio! y Washington asegura haber entregado los datos claves.
“El piloto no era contratista ni empleado del gobierno de Estados Unidos ni ciudadano estadunidense. No se puede decir más claro”, zanjó.
Esto no parará el discurso, pero tampoco aclarará el misterio.