Poder y dinero
Ahora gobiernan como si fueran a permanecer en el poder toda la vida, sin darse cuenta de que, desde el 1 de octubre pasado, todas las culpas recaen sobre sus cabezas. Ya no hay Felipe Calderón, ni Genaro García que valgan. El poder lo tienen ellos: Morena-PT-PVEM. Serán los culpables de lo que pase en México.
El cúmulo de aberraciones jurídicas es ya de escándalo y, ante la imposibilidad de hacer retroactiva su ley supremacista, amenazan con “investigar” y someter a juicio a todos los jueces que han otorgado amparos contra la reforma judicial. Según ellos, con la precipitada aprobación en 23 Congresos estatales, queda sin efecto toda discusión de inconstitucionalidad.
La impúdica exhibición del desaseo es ya patente en todo el mundo, y tuvo su colofón en la tribuna del Senado de la República cuando Gerardo Fernández Noroña y Alejandro “Alito” Moreno, intercambiaron gritos y se mostraron el dedo índice, como signo de la violencia que vive el país y que en los próximos meses se agudizará inevitablemente.
En menos de 24 horas, el nuevo partido de Estado y sus secuaces, empujaron un mamotreto de enmiendas que tienen, de arranque, un error garrafal, mantienen una contradicción jurídica en la Constitución, para el nombramiento del futuro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Pero al régimen de la 4T no le preocupa exponer la mediocridad de sus miembros.
Con esta rudeza y suciedad legislativa, Morena concretó la reforma al artículo 107 y la adición de un quinto párrafo al artículo 105 de la Carta Magna, en materia de “inimpugnabilidad” de las adiciones o reformas a la Constitución. De un plumazo, en la adición del quinto párrafo al artículo 105, convierten al Poder Legislativo en el último garante de la constitucionalidad. La Suprema Corte sale sobrando.
“Son improcedentes las controversias constitucionales o acciones de inconstitucionalidad que tengan por objeto controvertir las adiciones o reformas a la Constitución”
El Senado y la Cámara de Diputados podrán modificar la Constitución a su antojo. Para rematar, Morena se enfrenta a otra nueva controversia, por la forma con que pretende controlar al Instituto Nacional Electoral (INE) para que una sola persona, Guadalupe Taddei, sea quien decida todos los nombramientos fundamentales dentro de ese organismo.
También el pleno del Consejo pasará a convertirse en testigo de palo. Esto refleja claramente lo que busca el régimen de la 4T: docilidad absoluta, abyección. Paradójicamente, de eso se compone su ADN. El 84% de sus militantes, reconocido oficialmente por Morena, está compuesto de ex priistas; 12% del PRD y un 4% de ex panistas y de otros partidos. El dinero del narco y crimen organizado los mueve.
Así, su información genética se compone de la traición. Como oposición fincaron su lucha en la crítica a la militarización. Ya en el poder, terminaron en brazos de la Defensa y la Marina, a las que han entregado presupuestos descomunales y pretenden convertirlas en propietarias de negocios envidiables como la administración de un hotel, un tren y una línea de aviación. Traición al pueblo.
LOS SUPREMACISTAS
La explosión de Noroña, y su amenaza de violar el artículo 123 constitucional para negar los “haberes de retiro” a los ministros de la Corte, simplemente nos coloca a todos los mexicanos frente a la realidad. Antes de que termine este año, los medios de comunicación empezarán a vivir su parte del sacrificio cuando desaparezca el INAI y terminen muchas concesiones de radio y televisión.
Continuará la eliminación de comentaristas, diarios y revistas opositores, que son incómodos al régimen. Vienen también nuevas leyes que impactarán en la libertad de expresión a través de la censura previa en redes sociales y portales de internet. Ahora sí esgrimirán un falso feminismo, una aparente defensa de la diversidad sexual.
En los próximos días y semanas, millones de mexicanos criticarán a los ministros de la Corte, por renunciar anticipadamente y proteger así su peculio. Pero lo cierto es que este pueblo merece lo que se viene. Sumiso ante las dádivas y sobornos, se ha mantenido aletargado, incapaz de protestar; y cuando lo hacen algunos, sólo reciben la indiferencia de los otros. Quizá México merece su destino.
Insistimos, Morena y sus esbirros del PT y PVEM se comportan como si fueran a gobernar los próximos 50 años, cuando todo indica que viene un baño de sangre, derivado precisamente de una traición de Andrés Manuel López Obrador y Rubén Rocha, a Ismael “El Mayo” Zambada. Alguno de los dos lo entregó, así lo demuestra la torpe vehemencia con que piden información al gobierno de Estados Unidos.
El secuestro ha evidenciado la existencia de un Pacto no Escrito, que el anterior gobierno hizo patente con tantas visitas a Badiraguato. La exigencia al Departamento de Estado de USA para que informe sobre el vuelo plagiario, más parece un mensaje y una súplica a “El Mayo”, para que no cante allá todo lo que sabe de acá.
Entre más gritan ¡Secuestro!, más suena a traición. Ahora toda la estructura del Estado: Ejecutivo Federal, 23 gobernadores, diputados y senadores, arropan a Rocha Moya, a quien “Los Mayitos” han declarado la guerra y quieren derrocar. La violencia se ha extendido y ahora llega a la frontera sur, a Guerrero, Michoacán, Guanajuato.
Morena y Claudia Sheinbaum se equivocan cuando planean un futuro de siglos. Pronto enfrentarán una guerra, interna y externa, porque se sirvieron de la traición para cooptar, torcer voluntades y desaparecer adversarios, como el PRD. Pero ahora, como el cáncer, crecerán los tumores, y desde dentro vivirán su propio exterminio. Así lo han empezado a vivir Luisa María Alcalde y Andy López Beltrán.
En Puebla, Hidalgo, Tabasco, Estado de México han atestiguado no sólo las rechiflas de fundadores contra ex priistas, sino los encontronazos entre líderes naturales, como ocurrió en Izcalli, entre Daniel Serrano e Higinio Martínez. Haberse fundado con el encono, la polarización, la división y el odio, tendrá sus consecuencias. Eso se llama KARMA.