Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
La imposición de Rosario Piedra
A Rosario Piedra Ibarra, presidenta reelecta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), no la quieren ni sus propios correligionarios de izquierda, pero tampoco le importa mucho a ella, porqué cuenta con el manto protector que sale del rancho de Palenque, Chiapas, del mismísimo ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Trascendió que, antes de lograr la reelección, en una encerrona con senadores morenistas, ella recibió duras críticas por parte de Javier Corral, Higinio Martínez, Malú Micher y Óscar Cantón Zetina, quienes le reclamaron su deficiente gestión como ombudsperson y su inacción en muchos casos.
Adicionalmente, senadoras de Morena le recriminaron no haberlas atendido, en los momentos que requirieron de su apoyo para darle a conocer algunos casos de ciudadanos que requerían el apoyo de la CNDH
Algunas senadoras del partido oficial le echaron en cara su descortesía con ellas, ya que la buscaron para presentarle algunas quejas y denuncias, pero las ignoró y le hicieron ver que en su elección en el primer periodo como titular del organismo fue decisivo el apoyo recibido por parte de los legisladores morenistas.
A final de cuentas, fue evidente la mano tras bambalinas de Andrés Manuel López Obrador para que Rosario Piedra fuera reelecta como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por encima del apoyo que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, daba a Nashieli Ramírez, mientras la tercera candidata, Paulina Hernández Diz, tuvo un respaldo mucho menor. Así, el marcador va 1 a 0, en favor del tabasqueño.
El hombre es el único ser viviente que se tropieza dos veces con la misma piedra. Así les sucedió a los senadores que aprobaron la reelección de Rosario Piedra, como titular de la CNDH, quien no es querida ni por los mismos legisladores de Morena, partido al que ha apoyado de manera más que servicial.
A pesar del divisionismo al interior de los senadores de Morena y de los partidos Verde y del Trabajo, la operación política, a cargo de Adán Augusto López, permitió que Rosario Piedra ganara el día 13 de manera contundente con 87 votos a favor, por 6 votos para Nashieli Ramírez Hernández y sólo uno para Paulina Hernández Diz.
En la mañanera del miércoles, cuando los reporteros solicitaron la opinión de Sheinbaum sobre la designación de Piedra, fue evidente el malestar de la presidenta de la República, quien de manera cortante y no abundando más sobre tema, afirmó: “Es una decisión del Senado la que se tomó ayer, y hasta ahí”.
Su declaración de antier no dejaba lugar a dudas, la molestia era evidente: “…hasta ahí”, mencionó la presidenta y no dijo ni una palabra más.
Sin embargo, hubo tiempo para reflexionar y la manera en la cual podrían ser interpretadas sus palabras y 24 horas después, matizó su declaración y rechazó que tras le reelección de Piedra esté el ex presidente Andrés Manuel López Obrador. Pidió respeto para la ombudswoman electa por el Senado de la República.
“Ayer estaba leyendo algunos temas en redes, de la comentocracia, y ahora resulta que desde Palenque, López Obrador está dictándole a los senadores y senadoras quién va a ser la presidenta de la CNDH. Ya se retiró de la vida pública, está escribiendo su libro, está en otras tareas “, argumentó y encargó que cantaran Las Mañanitas al expresidente por su cumpleaños 71, cumplidos el mismo 13 de noviembre.
En referencia a la comentocracia, enfatizó que: “Ni siquiera son creativos, porque todos y todas dicen lo mismo, entonces es: AMLO puso, en contra de la presidenta, además (a la titular de la CNDH)”.
Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, detestable porqué no ha sabido cumplir su trabajo de representar a los legisladores de todas las corrientes y se mantiene más bien como un porro provocador en contra de las minorías, salió a la defensa de la reelección de Piedra Ibarra.
“Les molesta, les irrita, les indigna que ella continúe al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, porque dirán lo que quieran, pero ha sido un cuadro comprometido con el proceso de transformación. (…) Vi las notas, muy críticas hacia nuestro movimiento, tomamos la decisión en santas pascuas. (…) Así es que en mi caso se me resbalan las críticas”, dijo el controvertido senador.
Pero las sospechas sobre el dedazo de AMLO en favor de Piedra Ibarra no son tan alejadas de la realidad, sobre todo si se toma en cuenta ella era la peor evaluada de las candidatas, además de que presentó una carta de recomendación falsa y no contaba con apoyo de ninguna asociación civil
Pero no sólo era en Morena la molestia, pues también en la oposición se mantuvieron los reproches a su reelección y la condena de un gran número de organizaciones en defensa de los derechos humanos a su falta de actuación para llamar a cuentas a miembros del gobierno, en especial de las fuerzas armadas, acusados de violaciones diversas en perjuicio de ciudadanos.
Rosario Piedra Ibarra no es su madre, Rosario Ibarra de Piedra, mujer que, primero tuvo que sobreponerse para superar la pérdida de su hijo Jesús, eliminado por el Gobierno mexicano por su implicación en el asesinato del patriarca empresarial Eugenio Garza Sada, como parte de la Liga Comunista 23 de septiembre, para después convertirse en ícono de las mujeres que luchan por encontrar a sus desaparecidos.
Que distintas son las dos Rosarios, que alejadas una de otra. Doña Rosario jamás hubiera imaginado, que su hija hubiera estado más preocupada en defender los derechos de un presidente como lo hizo Rosario Piedra Ibarra con el entonces presidente López Obrador, que en tutelar la integridad de los mexicanos ante los abusos del poder.
Rosario Piedra Ibarra no es heredera de la lucha de su madre, porqué Doña Rosario fundó el colectivo Eureka, que hasta la fecha libra una sórdida batalla para tratar de ubicar a los desaparecidos y que vuelvan con sus familias, porqués vivos se los llevaron y vivos quieren que regresen, mientras la nuevamente presidenta de la CNDH no ha escuchado a los familiares de los desaparecidos, de entre los cuales, un malogrado día, apareció su mamá.
Que diferentes las dos Rosarios, por más que Morena trate de igualarlas.