Nuevas tecnologías para fiscalizar
Insensibles, mientras sufre el país
Todos se acusan de que no haya fiscalías con un titular, pero nadie parece tener la menor intención de cubrir esos puestos con gente idónea.
Es una vergüenza que no tengamos procurador (o fiscal) general de la República cuando la violencia y la criminalidad azotan como nunca al país.
A nada son sensibles nuestros legisladores, más que a los intereses de sus partidos.
Los senadores del PAN hacen desfiguros (tomar la tribuna, por ejemplo) para congraciarse con Ricardo Anaya y que los premie con un chapulinazo a una diputación plurinominal, aunque varios de ellos le deben su carrera política a Felipe Calderón.
La ambición puede más que la gratitud, y lo estamos viendo.
López Obrador ya felicitó al presidente Peña porque dejará para 2018 el nombramiento del nuevo fiscal o procurador general (algo que nunca dijo).
¿Qué locura es esa? ¿Acaso no ven cómo despedazan estados como Baja California Sur?
Ese paraíso es escenario de una lucha campal entre los grupos surgidos tras la detención de El Chapo.
El Pacífico ha sido tomado por un grupo violento en extremo, el Cartel Jalisco Nueva Generación, que ni siquiera le interesa guardar un perfil discreto, sino que presume su poderío armamentista a plena luz del día en Oaxaca y otras entidades.
Vamos a perder el país y los partidos se niegan a mandar el mensaje de que quieren nombrar un procurador.
No digo que un procurador nos vaya a salvar, pero ayuda.
Hemos tenido los meses más violentos desde la Revolución Mexicana, y nuestros legisladores quieren adular a un sector que se arroga la representación de la ciudadanía y prefieren juguetear con la demagogia del “fiscal carnal” o “fiscal a modo”.
Necesitamos un procurador ya, y está en manos del Senado mandar señales de que hay disposición de llegar a un acuerdo para que el Ejecutivo les mande nombres.
A AMLO no le interesa que haya fiscal, pues para él es mejor cuando peor se ponen las cosas para México.
El Frente no quiere un fiscal general porque prefiere seguir sacándole raja a eso del “fiscal carnal” y otras frases de propaganda.
Y el PRI le tiene miedo a un fiscal plenamente autónomo sin darse cuenta de que va a ser indispensable en los próximos años, sobre todo si se cumplen los augurios que traen las encuestas.
Se necesita un fiscal, o procurador, que ponga de su parte para atacar a la delincuencia y frenar esto que nos arrasa, que es el crimen organizado, desorganizado o como quieran llamarle.
El país se desmorona por el lado de la violencia. No es exageración.
Y eso no se combate (sólo) con foros para discutir si legalizamos las drogas o no, sino con inteligencia, capacidad de persecución de delincuentes, mano dura, colaboración con los estados, con los vecinos del norte y entre poderes.
Jueces dejan libres a los peores criminales porque son amenazados. Que se dediquen a otra cosa. O que les pongan seguridad, pero no pueden soltar a los capos porque les ponen mantas con amenazas.
Vastas zonas del país viven en el terror.
Y no tenemos procurador porque al PAN le conviene seguir lucrando con el cuento de “no al fiscal carnal”.
López Obrador está feliz que no tengamos procurador porque mientras peor, mejor.
A los priistas les da miedo un fiscal con plena autonomía.
Y grupos que se asumen como “voceros de la sociedad” -a los que nadie ha elegido-, alientan al Frente del PAN-PRD para que el designado sea uno de ellos y garantizar venganza por los agravios de este gobierno a su líder, Ricardo Anaya.
De por medio está el país. Lo estamos perdiendo. Sin una paz razonable, ni la democracia ni el empleo saben a nada