CIUDAD DE MÉXICO, 11 de noviembre de 2017.- Alebrijes, ajolotes, calaveras, tehuanas, una capilla, Frida Kahlo, la virgen de Guadalupe, un panadero en bicicleta y hasta representaciones de la ciudad y el mundo fueron plasmadas en piñatas por parte de artesanos, artistas y talleres colectivos que participaron en la décimo primera edición del concurso Exposición de Piñatas mexicanas en el Museo de Arte Popular (MAP).
Niños y adultos que este sábado 11 de noviembre acudieron al MAP observaron con asombro el ingenio y técnica de quienes participaron y que debían hacer las piñatas con una olla de barro, como requisito indispensable. Pero entre todo el colorido y las formas destacó el primer lugar:
Con la ciudad a cuestas, una representación de la ciudad, hecha con minúsculos rollos de papel que formaban el Ángel de la Independencia, la Torre Latinoamericana, el Monumento a la Revolución, el edificio del Pantalón, la Torre Mayor, Bellas Artes y la Basílica de Guadalupe, entre otros. Abajo, como un sostén de lo urbano, elementos naturales como el sol y la luna, la flora y la fauna, un cielo límpido, y como sostén de todo una mujer indígena que como un Atlas griego carga no al mundo pero sí a la ciudad como un huacal.
La obra ganadora es autoría del Colectivo Atelier Arte y papel y su premio fue la obtención de 15 mil pesos. El público asistente no fue jurado pero de manera unánime coincidían en que era la ganadora indiscutible, por la fidelidad de su representación, su simbología y su colorido en una figura casi ovoide donde por lo detallada, ningún espacio estaba desperdiciado y hasta los pies de la representación de la indígena estaban fielmente hechos. Las piñatas son una tradición mexicana que originalmente eran una estrella de siete picos que representaba el mal, se llenaba de frutas o colación y con un palo que simbolizaba la esperanza, se rompían para regocijo de los niños durante las posadas.
En la exposición otras de las obras que llamaron la atención fueron Los pastores al pastor corren presurosos, que no es sino un trompo de carne al pastor con todo y pila y Cascada de alegría mexicana, con figuras de guitarritas baleros, matracas y trompos. UNA SEMANA Las participantes Gema Ortega y Sandra Albor, que participaron con la piñata Entre la vida y la muerte sólo hay un suspiro, coincidieron en que Con la ciudad a cuestas merecía el primer lugar. Ellas explicaron a Quadratín la complejidad de hacer una piñata.
En su caso hicieron una Catrina -símbolo de la Muerte- y el cráneo lo hicieron con una olla; el vestido es el símbolo de la vida y la conexión entre ambas fue el sombrero adornado con flores endémicas de México hechas de papel. Ambas artistas, originarias de Chalco, Estado de México, son biólogas, por lo que trabajaron con material reciclado y el tiempo de elaboración fue una semana. La exposición de 159 piñatas se exhibirán a partir de hoy 11 de noviembre al 10 de diciembre.