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A+ SIMOJOVEL, Chis, a 25 de noviembre del 2017.-Luego de que los asiáticos dejarán de comprar ámbar en las minas de esta localidad, el precio de la recina se desplomó de 300 a 50 pesos el gramo, dependiendo la calidad.
Juan Carlos López López, afirmó que actualmente hay un desplome en los precios de ámbar, depués de que el gramo alcanzara precios estratofericos y una pieza de cinco kilos llegó a costar hasta cinco millones de pesos dependiendo la calidad.
Explicó que la actividad minera también descendió, al igual que los precios de la recina; algo que de alguna manera beneficia al artesano por que pueden arquirir a buen precio la materia prima; sin embargo; la falta de llegada del turismo es los que ahora les afecta ya que no pueden comercializar su joyería o piezas talladas.
Refirió que los chinos llegaron a pagar entre 300 mil y un millón de pesos las esferas, dependiendo clase y calidad del ámbar, situación que benefició a los mineros.
“Actualmente, también se compra entre dos, cinco y 10 pesos el gramo, del ámbar más sencillo, con el que elaboran pulseras pequeñas”.
López López, aseveró que además del trabajo que realiza un artesano, “el trabajo de los mineros sinceramente es bastante riesgoso y es de valorar porque tienen el riesgo de que las minas colapsen y queden sepultados, y en realidad no es un hecho de que ellos vayan día con día y encuentren una pieza.
“Los mineros prácticamente le van a la suerte, de que ellos encuentren una pieza buena, incluso llevan meses trabajando de que no encuentran ni una pieza”, explicó.
La mayoría de las personas no valoran todo el proceso que lleva elaborar una joya, desde el trabajo riesgoso que tiene el minero a todo el proceso que nosotros le damos porque todo es manual, es artesanal, no utilizamos ninguna maquina como para decir voy a producir 100 o 200 en un solo día, sino que dependiendo a diseños o lo que se quiera hacer, nos lleva incluso semanas elaborar una pieza”.
De acuerdo a los artesanos, hay más de un millar de minas de ámbar en Simojovel y zonas aledañas donde se produce la resina milenaría que data de hace 23 millones de años que se obtiene del árbol del guapinol.