Poder y dinero
DE VERDAD, ¿ESTAMOS PEOR?
México global y México local, dos mundos, un país, muchos Méxicos.
En medio de visiones pesimistas y desalentadoras que dominan en diversos ámbitos sociales y que no perciben lo que está sucediendo a su alrededor, pasan por alto los cambios que se han, están y seguirán generando en bien de la humanidad, de los países y de los pueblos, incluyendo México.
El narcotráfico, la guerra de cárteles y la corrupción, constituyen retos por afrontar, no solo por parte del gobierno, en tanto la sociedad, las sociedades, son responsable también del desarrollo de esas realidades destructivas y costosas, tanto para los gobiernos, como para la sociedad.
El compromiso con México-país-pueblo, debe estar por encima de cualquier coyuntura política.
“Los grandes cambios comienzan siempre por pequeños movimientos… estamos ante una insurrección silenciosa… las mujeres y los jóvenes, están protagonizando cambios, se están desplazando del lugar asignado por el Estado y el mercado… por la interacción de una multiplicidad de sujetos… va perfilando otra concepción de revolución, que se aparta de la tradicional teoría de la revolución… los propios pueblos… están abriendo caminos nuevos… Se trata de construir… creando mundos nuevos o sociedades nuevas… El mundo… está cambiando… está enterrando el capitalismo y levantando un mundo nuevo sobre sus escombros.” (La Jornada. Raúl Zibechi.10.11.17)
Vladimir Putin sostiene que el éxito como país, será posible mediante un crecimiento sostenido en lo económico, educativo, legalidad, seguridad alimentaria y salud. (OEM. 9.11.17) Desde luego habla de Rusia, pero aplica totalmente a México.
Reafirma que el único camino posible, hoy, es mediante la integración económica diversificada flexible abierta y de beneficios para todas las partes
Por lo que urge a desarrollar integralmente las infraestructuras de transportes, telecomunicaciones y energética, de manera bilateral y multilateral, creando un espacio educativo común con quienes se da la bilateralidad y multilateralidad.
Agustín Carstens, antes de dejar el Banco de México, recomendó: “Que las leyes se cumplan… porque la incertidumbre jurídica resta cada año un punto porcentual del crecimiento de la economía… México… podría estar arañando el primer mundo en 10 años… que la economía sea más productiva, mejores los derechos de propiedad y no sacrifiquemos la estabilidad macro… no hay que perder de la mente que ya hay muchos países avanzados que quieren que gran parte de su flota de vehículos sea eléctrica. La propia demanda por esos hidrocarburos (gasolinas) va a caer”. (La Jornada. 21.11.17)
Finalmente, me parece que tenemos que pasar de insertar a las empresas mexicanas en las cadenas productivas internacionales, a incrementar el número de empresas mexicanas exportadoras de productos y servicios con marca propia. Esto, por la parte económica.
Para la parte social y política, la sociedad puede desarrollar el poder de la gente bien informada, para presionar a los políticos, sostiene Richard Somerville de la Universidad de California (La Jornada. 16.11.17.)
Mauricio Merino señala que el mejor antídoto contra la corrupción está en la mayor participación posible de la sociedad en la vida pública. La corrupción próspera en la oscuridad, en la discrecionalidad y en el monopolio de las decisiones políticas. (El Universal. 20.11.17)
Reforzando lo escrito por Raúl Zibechi, en México, ciudadanos de diversas tendencias ideológicas, vienen impulsando la Carta Universal de los Derechos y Obligaciones de las Personas, inspirada principalmente en “el pensamiento del Premio Nobel de Literatura 1998, el portugués José Saramago” (La Jornada. 7.12.17), de que “las personas deben cumplir y exigir el cumplimiento de los derechos”.
Tal Carta, busca que más mexicanas y mexicanos se sumen a la iniciativa, al igual que personalidades de todo el mundo, para presentarla ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Como podemos ver, hay un despertar de las conciencias a favor del otro y de la comunidad, vistas desde la perspectiva local o nacional y global. Muchos derechos sociales y humanos existentes en México, algunos solo prescritos legalmente en la ciudad de México, por derivación y progresividad, son aplicables en el resto del país.
En materia económica, política, humana y social, es imposible volver atrás. A pesar de todo.