Alejandro Gálvez | Primera parte
PACHUCA, Hgo., 14 de febrero del 2018.- Jesús Martínez Patiño y Andrés Fassi dueños del Grupo Pachuca, incumplieron durante más de una década el contrato de comodato que firmaron con el gobierno de Hidalgo el 1 de abril de 1999, mediante el cual les cedieron el estadio de futbol Miguel Hidalgo, mismo que intentaron bautizar sin exito, con el nombre de un equipo de la liga argentina del que Fassi era aficionado, el Huracán.
Así lo demuestra el contrato de comodato cuya copia obtuvo Quadratín Hidalgo y que fue firmado en la administración del ex gobernador Manuel Ángel Núñez Soto para favorecer a Jesús Martínez Patiño, en su calidad de presidente y apoderado legal de la promotora del Club de Futbol Pachuca.
Construido en el sexenio de Adolfo Lugo Verduzco e inaugurado un 14 de febrero de 1993 con un partido ante los Pumas, el estadio Hidalgo pasó de ser un coliseo donde se desborda fanatismo futbolero, a un lucrativo inmueble explotado durante casi dos décadas por el Grupo Pachuca, lo mismo con la venta y renta de palcos, entradas a partidos y venta de vino, y ahora hasta un moderno restaurante montaron, violando la cláusula quinta del comodato que prohíbe realizar trabajos que alteren la forma del inmueble.
Por apatía o complicidad, las autoridades estatales jamás hicieron valer el comodato, por lo que desde hace casi 10 años se le debió rescindir dicho contrato al Grupo Pachuca, como lo estipula la cláusula sexta que explica las razones para rescindir, entre estas que la promotora de futbol no pague gastos que genere el inmueble por consumo de luz, teléfono y agua.
Durante casi 9 años la empresa de Jesús Martínez dejó de pagar el agua del estadio Hidalgo, según revela el oficio DAJ-923-11/2017 fechado en abril del 2017, donde la Comisión de Agua, Alcantarillado y Sistemas Intermunicipales (Caasim) le exige al Grupo Pachuca cubrir 100 pagos vencidos por un monto de 13 millones 939 mil 728 pesos.
Martínez y Fassi fueron presionados y casi obligados por la actual administración estatal a cubrir el millonario adeudo, pero a regañadientes soltaron apenas 5 millones 139 mil pesos para ponerse al corriente, según consta en el recibo fechado en octubre del 2017.
El pasado 31 de enero, Jesús Martínez convocó a una conferencia de prensa para responder a las acusaciones que le imputó Televisa por el llamado TuzGate, pero lejos de salir bien librado, fue vapuleado por la prensa local y nacional tras reconocer con cinismo que su fortuna la forjó a partir de terrenos que le donaron algunos ex gobernadores, pero dijo que los aceptó “por compromiso con el estado y porque nadie le quiso entrar.”
En aquella rueda de prensa, Martínez presentó (de lejitos) una serie de documentos que ningún reportero tuvo a la mano, pero lo hizo alevosamente porque mintió sobre el contenido de los mismos. Por ejemplo, aseguró que el contrato de comodato del estadio Hidalgo era a 99 años, lo cual es mentira, ya que es por tiempo indefinido, como se menciona en la cláusula segunda.
El apartado quinto tampoco lo ha cumplido el Grupo Pachuca y que establece que conservará en buen estado el inmueble, además de efectuar los trabajos para su buen funcionamiento.
Sin embargo, en mayo del 2016 Quadratín Hidalgo dio a conocer que un grupo de propietarios de palcos en el estadio Hidalgo protestaron ante la falta de agua en sus cubículos, situación que se agravó durante 6 meses, mientras que la CAASIM se deslindó y culpó al Club Pachuca por no pagar el agua.
La cláusula séptima tampoco existe para Martínez y Fassi, donde se estipula que el contrato de comodato no genera derechos reales de propiedad del estadio para el Club Pachuca, y su uso sólo “será gratuito y temporal”, pero el coloso ubicado sobre el pachuqueño bulevar Felipe Ángeles ha sufrido un sinfín de adecuaciones, desde la colocación de monumentos futboleros que deterioran la vista, hasta la modificación de su estructura para abrir el restaurante Bife Sports, inaugurado en noviembre pasado.
Es decir, en un inmueble propiedad del gobierno estatal Martínez montó un restaurante lo cual no está estipulado en ninguna cláusula del comodato.