Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Morelia, Mich., 11 de marzo, 2018.- El diario El Universal, publicó una nota en la que se señala que los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), recibieron un curso de capacitación sobre cómo mejorar su imagen personal; en el texto se incluyeron algunas críticas en el sentido de que se busca disfrazar la verdadera personalidad de los aspirantes a cargos de elección popular.
Sin embargo, no necesariamente tiene que verse el tema como una intención de dar una imagen falsa, sino de congruencia con sus objetivos y de respeto hacia sus públicos.
Es cierto que tratándose de personas que buscan representar a la sociedad, lo más importante deben ser sus propuestas dependiendo del cargo al que aspiren, pero también es importante el aspecto físico, la imagen que se proyecta hacia los demás.
No se trata de ningún modo de un aspecto de frivolidad, ya que se trasmite mucho más a través de la imagen física y el lenguaje no verbal que con las palabras y, en el caso que nos ocupa de los candidatos, los mensajes pueden ser engañosos, pero las actitudes revelan la verdadera personalidad.
En la nota antes referida, se critican algunas recomendaciones que especialistas hicieron a los candidatos como evitar usar joyas o prendas de marca; entiendo que la idea no es hacerlos aparentar algo que no son, sino ser congruentes y tener respeto hacia los públicos a los que se dirigen.
Un ejemplo en contrario, es una foto que se publicó del candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, donde está mal sentado, desfajado y con la camisa abierta mostrando el ombligo; tal vez esa sea su personalidad, pero la apariencia y la actitud deber ser congruente y de respeto hacia las personas a la que se está dirigiendo.
En resumen, no está mal de ninguna manera que los candidatos y cualquier persona reciban asesoría acerca de su imagen personal, no disfrazándose, sino buscando justamente esa congruencia. La imagen cuenta, y mucho.