De África, el ser humano, animales, plantas, plagas y enfermedades

CIUDAD DE MÉXICO, 16 de julio de 2018.- Estudios de especialistas en antropología y genética humana, vegetal y animal, han podido demostrar que el Continente Africano es origen no solamente del ser humano, sino de muchas variedades de animales y plantas, pero también de plagas y enfermedades que afectan por igual a todos los seres vivos.

Nada menos, en 1997, fue hallado un cráneo con características humanas que tiene un millón de años de antigüedad en Etiopía, lo cual abona a la creencia de que la humanidad tiene un ancestro común africano.

El cráneo, encontrado por un estudiante norteamericano y certificado por destacados científicos y antropólogos, tiene un alto valor no sólo por su edad y buen estado de preservación, sino por constituir un importante eslabón en la cadena de la evolución humana.

Si analizamos cada especie por su lado, empezaríamos por señalar que en humanos hay evidencias de restos humanos que datan de más de un millón de años, como lo evidencian otros restos humanos en el mismo continente africano.

ENFERMEDADES TAMBIÉN TIENEN ORIGEN AFRICANO

Por otro lado, hay enfermedades vigentes que tienen su origen en diversos países africanos. Sin profundizar, sabemos que el virus del Síndrome de  Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) tuvo su origen en el “continente negro”. Se descubrió en la década de 1980, con antecedentes de afectación humana desde 1930, cuando especialistas de Estados Unidos hicieron las primeras observaciones.

Los humanos que empezaron a manifestar síntomas de VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) fueron homosexuales en los estados de California y Nueva York. En breve tiempo aparecieron casos entre usuarios de drogas por la vía de inyecciones intravenosas y mediante la transfusión sanguínea.

Fue en 1982, cuando se dio nombre a esta enfermedad: Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Las estadísticas dan fe de que, desde su identificación a la fecha, han muerto alrededor de 25 millones de personas en el mundo, y es causa de más de 12 millones de niños huérfanos en todo África.

A su vez, el virus denominado chikunguña o chikungunya, apareció por primera vez en África,  en el grupo étnico Makonde, que vive en el sudeste de Tanzania y norte de Mozambique.

El virus chikungunya se ha propagado desde diciembre de 2014 por varios países de América, principalmente de Centroamérica y el Caribe. Se trata de una enfermedad transmitida por la picadura de dos tipos de mosquitos que igualmente transmiten la enfermedad –también de origen africano—del  “dengue”, llamados Aedes aegypti y Aedes albopyctus.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el chikunguña no se transmite de persona a persona, sino que el contagio se da a través de la picadura del mosquito o de otro tipo de insecto que, previamente, ha succionado sangre o picado a un animal o persona afectados, como pueden ser moscas, pulgas, chinches, garrapatas, que solamente son vectores.

Desde que en diciembre de 2013, Francia informó de los dos primeros casos del virus en la isla caribeña de Saint Martin, la enfermedad ha causado alrededor de 1.2 millones de personas afectadas por el virus que, si bien directamente no es causa de muerte, agrava el cuadro de personas que padecen otras enfermedades, como la diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, tuberculosis o VIH, hasta causarles la muerte, como ha ocurrido con más de 200 personas fallecidas en países de América Latina en el periodo de 2015 y 2016.

La enfermedad de Ébola surgió también en África y se ha extendido hasta países del Caribe. Campañas Sanitarias con la colaboración de los gobiernos de países afectados y organizaciones internacionales, han detenido el avance y la eliminación de brotes de esta enfermedad.

En países africanos han sido identificadas cinco enfermedades producidas por virus y que son consideradas más importantes por el número de fallecimientos y por los enfermos que causan, sobre todo de gente económicamente pobre.

Son las denominadas Tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño, transmitida por la Mosca Tsé-Tsé, el Dengue, la Malaria o Paludismo, transmitida por mosquitos. Afecta a más de 500 millones de personas al año. La Tuberculosis se ha convertido en una de las enfermedades más mortíferas en África. Afecta a 8 millones de personas.

NUMEROSAS ESPECIES DE ANIMALES, DE ORIGEN AFRICANO

Una gran cantidad de especies animales de origen africano, existen en los zoológicos de México y el mundo. Pero además se dan casos de algunas otras que se destinan para el comercio y abasto de carne. Podemos encontrar desde elefantes, leones, cabras monteses, tigres, jirafas, hienas; rumiantes como gacelas, venado rojo y, entre las aves, podemos mencionar a numerosas canoras y de rapiña.

Es de señalar también a la especie ovina, como es el borrego “pelibuey” o también conocido como “Tabasco”, que tiene su origen en África. Esta especie fue introducida en México hace más de cincuenta años y se ha adaptado muy bien a la climatología mexicana, en particular de las regiones tropicales.

Es un tipo de borrego que, en lugar de lana, tiene pelo. Reúne cualidades de fácil adaptación a climas templados y cálidos, resistencia a enfermedades; es prolífico y se trata de un animal propio para la engorda y consumo de carne, que es más suave que la carne de ovino de lana.

Sin distinción, todas las especies animales, sean vertebrados de gran tamaño o aves, son sometidas a cuarentenas y tratamientos zoosanitarios para su importación a nuestro país, a fin de evitar enfermedades exóticas que pudieran causar daños a la ganadería comercial o silvestre de México.

GRAN VARIEDAD DE FRUTAS, DE ORIGEN AFRICANO

En cuanto a frutas, una buena cantidad se han traído a México de África para quedarse. Destaca la maracuyá o ‘fruta de la pasión’, el mamey, pepino, guanábana, plátano, tamarindo y otras que no nos han llegado; solamente las conocemos como frutas de boabad y de ackee.

Sin embargo, junto con animales, plantas y frutas, las plagas y enfermedades africanas han llegado a todo el mundo. En México prefieren las zonas tropicales y sub-húmedas. Su medio de transporte son las vías aéreas o marítimas. En esta forma llegó al Continente Americano la “Mosca del Mediterráneo”, que es una plaga de frutas y más de 200 especies vegetales, de las cuales este insecto se alimenta y destruye.

Esta plaga es considerada entre las más dañinas para frutas, hortalizas y cultivos industriales, como el café y cacao. Cumple su ciclo biológico en varias etapas. Primero, la mosca adulta pone sus huevecillos en las frutas cuando se encuentran en desarrollo, sea en arbustos o árboles (cítricos, principalmente).

A los pocos días, según el grado de humedad, temperatura y vientos, surge una pequeña larva que se introduce de inmediato al producto, del cual se alimenta y le causa daños severos. Pasado un periodo de dos a tres días, la larva se convierte en pupa y cae al suelo, donde surge un nuevo adulto. Se aparea con insectos de su misma especie y se repite el ciclo.  En su estado de larva es cuando afecta más, sobre todo a frutas de todo tipo.

Para erradicarla, fue necesaria la unión de esfuerzos entre investigadores mexicanos y norteamericanos. De manera conjunta, los gobiernos de ambas naciones establecieron una planta de producción de moscas estériles del Mediterráneo en el estado de Chiapas, a través del uso de la energía atómica a favor de la humanidad. El mecanismo consiste en contar con tecnología de punta, capaz de aprovechar la energía nuclear. Así, se esterilizan insectos que se reproducen de forma controlada.

En su estado de pupa, se irradian con Cobalto y es la forma de esterilización, para enseguida distribuir el insecto por vía aérea en zonas y regiones que, previamente, se han seleccionado con afectación del insecto a través de muestreos y trampas.

Así, en 2014 el Diario Oficial de la Federación publicó la declaratoria de México como país libre de la Mosca del Mediterráneo, después de 35 años de prevención, combate, control y erradicación del insecto.

Los gobiernos de México y de EU, acordaron apoyar a Guatemala y a otros países centroamericanos, para que, con el mismo método de moscas estériles, combatir al mencionado insecto. Es decir, en esta forma se evita la reproducción del insecto y así concluye una tarea de control biológico donde el uso de la energía atómica juega el papel más importante.

Este mismo mecanismo fue utilizado para el control y erradicación del “gusano barrenador del ganado”, otra plaga de un tipo diferente de mosca, pero con el mismo ciclo que la del Mediterráneo. También se logró erradicar a este insecto, con ventajas altamente reconocidas en cuando a la apertura de oportunidades de exportación de ganado en pie y de carne procesada a todo el mundo.