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GUADALAJARA, Jal., 7 de febrero de 2021.- El Súper Tazón está lleno de historias y tradiciones que se realizan año con año. Una de ellas es el baño que le realizan los jugadores al coach que logra alzar el Vince Lombardi.
Lo que inició como una ocurrencia de un jugador presionado, escaló hasta ser uno de los momentos más reconocidos entre los equipos campeones de la NFL.
Corría el año de 1985 cuando Bill Parcells era entrenador de los Gigantes de New York, quien era reconocido por ser muy estricto y eso generó cierta fricción con Jim Burt, el entonces defensa del equipo, a pesar de su buena relación.
Burt pensó en una manera de desquitarse, por él y sus compañeros, por la presión que Bill ejerció en el equipo y durante un partido muy importante contra los entonces Redskins de Washington, que ganaron 17-3, a manera de broma, el defensa roció a Parcells con la bebida energética de Gatorade.
En una entrevista, Burt confesó que él fue el único que tuvo el valor de hacerlo, pero no sabía cómo reaccionaría, y para sorpresa de todos, el coach sólo sonrió y se limitó a celebrar la victoria.
Jim Burt fue el que inició el rito, pero fue su compañero Harry Carson el que realmente lo convirtió en tradición y pasaron más de 30 años desde que los Gigantes ganaron un campeonato, y durante la final del Super Bowl 21. New York derrotó a Denver, en donde Carson repitió la dosis de lluvia de electrolitos una vez más sobre Parcells.
De esta manera, el festejo del Súper Tazón no volvería a ser el mismo, en donde más de 80 millones de televidentes presenciaron el mítico acto ante unos Gigantes que volvían a ser campeones después de tanto tiempo.
Como dato extra, cuando los Gigantes visitaron la Casa Blanca en 1987 para festejar su campeonato, Harry Carson consideró que era buena idea verter un poco del líquido de la victoria sobre el entonces presidente Ronald Regan, pero al final, Carson sólo salpicó de palomitas al exmandatario, que lo tomó con muy buen humor.